MVP: qué es el producto mínimo viable, cómo hacerlo y ejemplos

Escrito por: David Torres

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MVP o producto mínimo viable

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Cuántas historias de emprendedores conocemos en las que, al iniciar su empresa, invirtieron todos sus ahorros y demasiado tiempo en el desarrollo del producto.

Tal vez eso explique por qué solo el 10 % de las startups tiene éxito, mientras que el panorama no es tan favorable para el resto. La clave de la permanencia puede radicar en el producto mínimo viable (MVP, por sus siglas en inglés) con el que ahorrarás tiempo y dinero.

Plantilla para calcular tu producto mínimo viable (MVP)

El MVP es la versión de prueba de un nuevo producto, e incluye las características básicas para satisfacer las necesidades de los clientes. Permite a una empresa conocer el nivel de interés y aceptación que puede tener gracias a los clientes pioneros, para así mejorar el producto y lanzarlo a un público más amplio.

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    Al mismo tiempo, aprenderás sistemáticamente sobre la respuesta del mercado hacia tu producto. Crece rápido y en la dirección adecuada con estas recomendaciones

    Eric Ries, creador del método Lean Startup, considera que el producto mínimo viable es uno de los requisitos para que una empresa emergente reduzca el riesgo; además, permite mejorar un proyecto con un nivel alto de innovación.

    Debes tener en cuenta la funcionalidad, la fiabilidad, la usabilidad y el diseño que deleite a tus clientes pioneros o early adopters, y no solo centrarte en la funcionalidad, lo que es un error común.

    Qué es un producto mínimo viable y cómo hacerlo

     

    Características del producto mínimo viable

    Conocer las características del producto mínimo viable ayuda a los equipos de desarrollo de producto a no desperdiciar recursos en un producto que nadie quiere o necesita.

    A continuación, te decimos cuáles son estas características clave:

    Caracteristicas-MVP

     

    1. Lanzar tu producto al mercado en el menor tiempo posible

    Al solo enfocarse en los aspectos básicos para cubrir una necesidad del cliente, los productos son sencillos y no se requiere afinar muchos detalles en un principio. De este modo se pueden presentar al público en menos tiempo que un producto desarrollado.

    2. Reducir los costos de implementación

    Cuanto más pronto sepas si tu producto es interesante para tu público objetivo, menor esfuerzo y dinero invertirás. Conforme recibas las opiniones de los clientes pioneros podrás identificar en qué aspectos del producto destinar más recursos y en cuáles menos.

    3. Probar la demanda de tu producto

    Antes de lanzar tu producto completamente desarrollado, con un MPV podrás dispersar la incertidumbre acerca de si tu propuesta tiene oportunidades de posicionarse en el mercado o no. Incluso crear proyecciones de su rentabilidad. 

    4. Evitar fracasos y grandes pérdidas de capital

    El MVP te sirve de parámetro para realizar ajustes, posponer la fecha de lanzamiento de tu producto o incluso suspenderlo, hasta que se alinee mejor con las necesidades de tu mercado y la inversión sea realmente viable.

    5. Obtener valiosos insights de lo que funciona y lo que no

    Tú y tu equipo pueden cambiar drásticamente el producto o hasta cancelar su lanzamiento con base en la retroalimentación que recibas de los clientes. El MVP sirve para impulsar a un equipo de trabajo a realizar el mejor esfuerzo posible, a cambio de una retroalimentación productiva.

    6. Trabajar directamente con tus clientes y analizar sus comportamientos y preferencias

    Uno de sus beneficios es que obtienes un mejor entendimiento sobre los intereses de tus clientes y la impresión de ellos sobre tu producto, sin necesidad de desarrollarlo por completo. 

    7. Reunir y optimizar tu base de datos de clientes

    Te permite entender mejor a tu audiencia y personalizar tus estrategias de marketing, aumentando así la eficacia de tus esfuerzos y la satisfacción del cliente

    Todo se resume en cuatro palabras: «construir», «medir», «aprender» y «acelerar». Grábatelas y dominarás cómo hacer un producto mínimo viable.

    1. Construye tus ideas

    Primero desarrolla las hipótesis que deseas comprobar y define tus métricas para obtener la información que te ayude a lograrlo. Con esto establecerás el producto mínimo viable que necesitas para medir, aprender sobre tu hipótesis y repetir el proceso.

    Determina si el producto que vas a lanzar es mínimo y viable a la vez. Asegúrate de que la versión de tu producto cuente con las características necesarias para solucionar el problema que afecta tu mercado. Para que tu producto o servicio sea viable debe tener una interacción real con el público. Por ejemplo, si vendes autos, lanzar un simple neumático no resuelve ninguna necesidad, ni mucho menos reúne las características mínimas para validarlo.

    En esta etapa, genera lotes pequeños y produce continuamente. Tus hipótesis deben ser varias: empieza por responder si existe un grupo de usuarios con el problema que tu producto soluciona. Si la respuesta es negativa, tu startup tiene un problema. Por lo tanto, debes replantear todo. Si la respuesta es positiva, has subido el primer escalón para alcanzar el éxito.

    Algunas herramientas que puedes utilizar son:

    • Una landing page donde llames la atención de ciertos usuarios.
    • Pruebas A/B que te ayuden a elegir las características de tu producto que funcionan mejor. 
    • Entrevistas a clientes que te brinden información cualitativa valiosa.
    • Maquetas que recreen tus productos y den una idea más precisa a un grupo de usuarios de prueba acerca de su funcionamiento. 
    • Videos explicativos donde muestres tu producto.
    • Plataformas de crowdfunding para que lleves una versión de prueba a un público altamente interesado.

    2. Mide el rendimiento

    En esta etapa realiza pequeñas pruebas de tu producto para verificar tus hipótesis.

    Establece métricas de valor que te permitan evaluar los resultados de tus pruebas. Medir y analizar estos indicadores clave son unos de los factores principales de los que dependerá el éxito de tu MVP y, por supuesto, de tu negocio.

    Obtener métricas de valor te posibilita aprender de tus acciones. Elige métricas accionables, es decir, que muestren claramente la relación directa entre causa y efecto, y que sean adecuadas para tu tipo de proyecto. Algunas métricas que puedes utilizar son las siguientes (aunque más adelante conocerás otros índices generales):

    1. Para e-commerce: conversión, coste de adquisición y afiliación.
    2. Para SaaS: engagement, transacciones y comisión.
    3. Para aplicaciones móviles: descargas, viralidad y puntuación en los sitios de descarga.
    4. Para contenidos generados por el usuario: veces que se compartió una publicación y analíticas de usuarios.
    5. Para contenidos: tráfico, viralidad y las veces que los usuarios vieron el contenido.

    3. Aprende de los datos obtenidos y acelera (o pivotea)

    Los resultados arrojados en la medición te permiten construir integralmente tu producto mínimo viable. Al apoyarte en el análisis de la nueva información, creas una nueva iteración.

    En esta etapa de análisis es cuando se llevan a cabo los ajustes necesarios para alinearse a las necesidades del mercado. De acuerdo con los resultados que obtuviste, si tus hipótesis se cumplieron, acelera. Es decir, si hiciste lo correcto, continúa haciéndolo, pero con más impulso y a mayor escala. Si no es así, modifica lo que no está funcionando, plantea nuevas hipótesis y compruébalas con un nuevo MVP.

    Supongamos que lanzaste una app con 3 versiones distintas bajo la hipótesis de que la versión A es la más adecuada para tu mercado. Una vez que estuvo disponible en 1000 descargas, la versión A recibió 650 clics; la versión B 250 y la versión C 100. En ese caso, tu hipótesis se cumplió y lo mejor es que priorices el desarrollo de la versión A.

    En caso contrario, es posible que encuentres que tu versión A recibió apenas 200 clics, mientras que las versiones B y C empataron con 400. Lo mejor será que continúes las dos versiones más exitosas de forma simultánea, pero, si tienes un equipo limitado, podrías evaluar a cuál darás seguimiento.

    La idea cristalizada de esta metodología es: lanza tu producto tan pronto como sea posible y a partir de ahí relánzalo a menudo.

    Optimización del MVP con el Scrum

    Los principios de la metodología Scrum se adecuan perfectamente al producto mínimo viable (pese a que se originó en la creación de software), ya que se basa en la colaboración de un equipo de trabajo para desarrollar cualquier proyecto. 

    Mínimo-producto-viable-scrum

    Ya que conoces las ventajas de establecer un MVP y cómo desarrollarlo, te diremos cuáles son sus tipos.

    1. Producto mínimo viable de baja fidelidad

    Los productos mínimos viables de baja fidelidad son productos fáciles de desarrollar. Con ellos puedes obtener resultados básicos que ayuden a comprender las necesidades de los consumidores. Su objetivo es explorar qué tipo de solución sería más eficaz para los clientes.

    Por ejemplo, las entrevistas directas con los clientes son una manera de obtener información sobre el producto y el problema que se quiere resolver. Es un producto mínimo viable que puede utilizarse para probar que la idea es rentable y escalable

    2. Producto mínimo viable de alta fidelidad

    Los productos mínimos viables de alta fidelidad ofrecen resultados más profundos y requieren un mayor desarrollo. Su objetivo es identificar una solución eficiente que defina si los clientes están dispuestos a pagar y cuál sería el monto que desembolsarían; además, permiten definir y optimizar las estrategias de marketing en la propuesta de valor y los canales de comunicación.

    Si bien requiere mucho más tiempo y esfuerzo, es una forma eficaz de comprobar si tienes un producto o servicio deseable antes de construirlo por completo; por ejemplo, con los prototipos digitales. 

    Cómo establecer el consumidor de un MVP

    El propósito principal del producto mínimo viable es realizar un experimento para validar tu mercado y determinar si tu consumidor quiere la solución que le ofreces. No importa cuán bueno y útil sea el MVP si no resuelves la otra mitad de la ecuación: ¿a qué mercado lo vas a dirigir? 

    El 95 % de nuevos productos fracasa y, en gran parte, esto se debe a una mala segmentación.

    Cautivar a los nuevos públicos dentro del nicho de tu negocio puede posicionarte en un lugar importante. Cuando lanzas un nuevo producto o servicio debes dirigirte a los early adopters, que son los clientes que tienen un problema o necesidad que tu producto puede solucionar de forma inmediata. Si lo logras, los early adopters son capaces de ignorar los defectos que pudiera tener tu producto y recomendarlo a otras personas.

    Cuando tu producto o servicio resuelve el problema de un early adopter, él está dispuesto a colaborar contigo para mejorar tu propuesta. Por eso debes conocer a fondo qué lo motiva, cómo es su personalidad y qué necesidades tiene. Un mapa de empatía es un instrumento que puede ayudarte mucho para esta tarea.

    Cómo encontrar a tus early adopters

    1. Analiza a tu competencia

    Descubre contra quién te enfrentas. Necesitas saber cómo posicionar tu producto mínimo viable dentro de tu industria, teniendo en cuenta que tus competidores ya están creando algo similar a lo que tú estás intentando hacer.

    Evalúa sus fortalezas y debilidades, e investiga a sus buyer personas y qué les ofrecen. Puedes elegir ese mismo mercado o concentrarte en un grupo que tus competidores hayan pasado por alto.

    2. Enfócate en la segmentación geográfica

    Una vez que tengas la información básica para tu MVP, céntrate en la segmentación geográfica.

    Parte de las siguientes preguntas:

    • ¿Cuáles son los idiomas que utilizan?
    • ¿Cuáles factores culturales impactan en sus vidas?
    • ¿Cómo serán las ventas al por menor?
    • ¿Cómo puedes impulsar su engagement?

    3. Encuentra su motivo de compra

    Es importante descubrir las prioridades de tu mercado meta para saber dónde tienes que invertir tus recursos más valiosos. Si tu cliente prioriza la relación entre calidad y precio, tu enfoque debe cambiar y ofrecer un buen producto más accesible. Por el contrario, si está más interesado en el estatus y en un producto de lujo, puedes ofrecer un excelente producto a un precio alto.

    Para encontrar la motivación de tu cliente necesitas conocer qué es lo que más le importa.
    Steve Jobs decía: «Decidir qué no hacer es igual de importante que decidir qué hacer». Esto aplica para los clientes y la segmentación del mercado. Por ello es fundamental que construyas un producto mínimo viable para satisfacer una necesidad específica y resolver sus puntos de dolor.

     

    Valida tu producto por medio de métricas accionables, es decir, que te proporcionen datos útiles y aplicables, por ejemplo:

    1. Número de visitas

    El número de visitas que obtuvo tu landing page quizá no te diga mucho, pero saber de dónde vienen estas visitas te indica dónde se encuentra tu mercado.

    Otro indicador puede ser cuántas personas te visitaron y dejaron sus datos, es decir, si interactuaron con tu página. Puedes recibir miles de visitas, pero si tu cliente se va inmediatamente de tu página (lo que puedes identificar en la tasa de rebote) es una muestra de un rendimiento bajo.

    2. Más interacciones en relación con los «me gusta»

    Un «me gusta» es poco significativo. No obstante, puedes medir cuántos de esos usuarios que dieron «me gusta» dejaron sus datos de contacto o pidieron informes acerca de tu producto.

    3. Respuesta a tus llamadas a la acción

    Determina cuántos de los que recibieron tu correo electrónico y lo abrieron, se suscribieron; llegaron a tu página y se quedaron o respondieron a la llamada que estableciste en el correo.

    4. Valor de las visitas a tu landing page

    Otros indicadores que puedes medir son: cuánto te cuesta cada visita y cuánta ganancia obtienes de cada una. Una campaña en Google Ads te ofrece este indicador, así podrás conocer el total de visitas en tu landing page y cuántas llegaron por esta campaña. Además, puedes relacionarlas con el CAC (costo de adquisición por cliente). De este modo obtienes información de valor que te permite aprender de tu experimento.

    5. Ingresos por cliente

    Otro indicador que puedes medir es el ingreso por cliente. Esto lo obtienes relacionando el número de clientes que tuviste y el total de tus ingresos. 

    Este análisis puedes llevarlo un poco más allá segmentando la métrica de ingresos por cliente. Por ejemplo, al relacionar los ingresos provenientes del CAC con los que llegaron por la campaña en Google Ads. Al medir esto, obtienes un dato revelador: te darás cuenta de que si tu CAC es mayor a los ingresos por cliente, estás perdiendo dinero; si es menor, estás ganando.

    “Un Producto Mínimo Viable es la versión de un nuevo producto que permite a un equipo recopilar la máxima cantidad de aprendizaje validado sobre los clientes con el menor esfuerzo”.
    Profesor adjunto de la Universidad de Stanford.
    Especialista en marketing, ventas y estrategias para startups.

     

    1. Groupon

    Ejemplo de producto mínimo viable: Groupon

    Imagen de Groupon

    Groupon es un sitio web que ofrece descuentos y cupones diarios de tiendas locales y nacionales. Antes de tener esta línea de negocio, era una plataforma llamada The Point, enfocada en reunir a la gente para resolver sus problemas.

    En una entrevista para Mixergy, Andrew Mason señala que él tardó once meses trabajando en The Point para tener todo listo. Sin embargo, no resultó como esperaba. Entonces surgió la idea de hacer una plataforma de descuentos. Antes de desarrollar un software e invertir a ciegas en su idea, lanzaron una prueba del servicio en cuestión de un mes, con un blog en WordPress alojado en un subdominio.

    Groupon publicaba manualmente las ofertas del día y daba seguimiento vía correo electrónico a los interesados en la oferta. Joe Harrow, jefe de servicio al cliente, invertía tres horas cada tarde en comunicarse personalmente por email con los clientes una vez que se cerraba una compra en Groupon. 

    La iniciativa fue un éxito: encontraron un mercado interesado en cupones y descuentos antes de desarrollar toda una plataforma. No crearon nada nuevo hasta que comprobaron que el público tenía un interés genuino en su idea de negocio.
     

     

    Video de Groupon

    2. Buffer

    Buffer es una herramienta que te permite gestionar tus cuentas de redes sociales y programar tus publicaciones. 

    La empresa es el claro caso de éxito de un MVP. Joel Gascoigne, fundador de Buffer, llevaba usando Twitter por un tiempo y notó que sus publicaciones ganaban cierta popularidad. Esto lo llevó a publicar más, pero había un problema: era difícil hacerlo regularmente.

    Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que podía crear un producto que permitiera programar tuits. Consideró que no era la única persona que sufría con esto y decidió probar si a la gente le gustaría usar un software para ese fin. Por lo tanto, creó un dominio web de tan solo dos páginas sin tener siquiera el producto.

    La primera solo consistía en tres bullets con las características del producto y un botón de «Planes y Precios». Cuando hacían clic en este enlace podían medir el interés de la gente en su idea de negocio. Buffer pedía una dirección de correo electrónico para notificarles a los interesados cuando el producto estuviera listo.

    Ejemplo de producto mínimo viable: Buffer

    Imagen de Buffer

    Después agregaron una tabla de precios para determinar cuál era el rango ideal. De esta forma realizaron una inversión mínima con un riesgo muy bajo y resultó en un proyecto sumamente exitoso.

     


     
    Video de Instituto de Marketing Ágil

    3. Dropbox

    Este servicio de alojamiento multiplataforma digital se inició cuando sus fundadores querían crear una herramienta que permitiera compartir archivos en distintos dispositivos.

    La pregunta era: ¿cómo probar la idea sin tener que desembolsar mucho? Desarrollar un producto así significaba una gran inversión en tiempo y dinero. Era una idea que requería factor humano, características técnicas superiores a la competencia y elementos técnicos que, de probarlos y fracasar, podrían traducirse en grandes pérdidas.

    Encontraron la manera de demostrar los beneficios de su idea sin dedicarle tantos recursos. ¿Cómo? Realizaron un video demostrativo explicando los beneficios de Dropbox y lo publicaron en internet. De esta forma confirmaron su hipótesis de que había muchos usuarios interesados en el producto. Después de ese video, Dropbox tardó seis meses en salir al mercado.

    Este es el video original que lanzó Dropbox para consolidar su MVP:
     

     

    Video de YouTube

    4. Amazon

    Esta compañía estadounidense de comercio electrónico comenzó como una pequeña tienda online de libros que dirigía Jeff Bezos. En un principio compraba libros a los distribuidores y los enviaba a sus clientes cada vez que su tienda recibía un nuevo pedido. Gracias a las altas ventas, Jeff decidió agregar nuevos productos a su tienda en línea para luego convertirse en uno de los distribuidores que cambió los hábitos de consumo

    La visión de Bezos era construir una tienda electrónica masiva y los libros fueron el producto mínimo viable con el que comenzó su negocio. Esto le permitió conocer a sus consumidores y lo que necesitaban para ofrecerles productos estratégicos. Esta fue la base de la que hoy en día es la tienda en línea más grande del mundo.

    5. Airbnb

    Airbnb comenzó resolviendo un problema de sus fundadores Brian Chesky y Joe Gebbia, quienes se habían mudado a San Francisco y no podían pagar el alquiler. Al darse cuenta de que tenían un espacio extra en su departamento, pensaron que tal vez alguien estaría dispuesto a pagar para compartirlo con ellos por un periodo.

    Así fue la manera en que comenzó la prueba de este producto mínimo viable: aprovecharon los activos existentes e invirtieron en un par de colchones extra para ofrecer el espacio.

    Para comenzar, Chesky y Gebbia enfocaron su producto mínimo viable en las personas que iban a San Francisco para asistir a conferencias y en ellas encontraron a sus primeros clientes.  

    Luego comenzaron con un primer sitio web que les permitía mostrar fotos e información sobre lo que estaban ofreciendo, con ello comenzaron a obtener comentarios de los usuarios y conocer sus necesidades a la hora de viajar y buscar alojamiento. 

    Ejemplo de emprendimiento MVP: Airbnb

    Imagen de Fueled

    Actualmente, Airbnb ya no se centra específicamente en conferencias o eventos, y es utilizado por millones de anfitriones e invitados en todo el mundo. Continúa adaptándose a la demanda de los usuarios y a las restricciones sanitarias.

    6. Uber

    Uber comenzó siendo una idea simple de sus fundadores, Travis Kalanick y Garrett Camp, luego de una tormenta de nieve en París, en diciembre de 2009. Al experimentar el problema urbano común de no conseguir un taxi en ese momento, surgió la idea para crear una nueva empresa llamada UberCab.

    La idea era desarrollar una aplicación que le permitiera a una persona encontrar un viaje asequible en minutos. La necesidad era muy clara y eso les facilitó ofrecer una solución eficiente y óptima para los clientes.

    Ejemplo de emprendimiento MVP: Uber

    Imagen de Classicinformatics

    Comenzaron con un único automóvil —propiedad de Uber— y sus fundadores y amigos eran quienes usaban la aplicación. Así fue como empezaron a probar este producto mínimo viable. Si alguien más quería unirse, debía enviar un correo electrónico a los fundadores, quienes le proporcionarían un código de acceso.

    La lista de usuarios comenzó a crecer significativamente e incluso agregaron otros conductores. Actualmente, Uber cuenta con una base enorme de más de 90 millones de usuarios en todo el mundo.

    7. PayPal

    Este sistema, creado por Max Levchin y Peter Thiel, se dio a conocer en 1998. Su nombre en ese entonces era Confinity y estaba enfocado en dispositivos PDA, unos ordenadores de bolsillo muy usados por empresarios en aquella época.

    La idea de negocio acaparó un gran número de clientes, al grado de ser adquirida por eBay para gestionar sus pagos y en 2015 logró independizarse. Conforme las ventas en línea fueron aumentando, la marca se dio cuenta del papel tan importante que desempeñaban los dispositivos móviles y de que los usuarios no tenían la suficiente confianza para compartir sus datos bancarios.

    Así que Paypal se renovó y creó un sistema para que los usuarios pudieran realizar sus pagos por medio de su correo electrónico y no ingresando los datos de su tarjeta directamente en diferentes sitios web.

    Ejemplo de producto mínimo viable: PayPal

    Imagen de PayPal

    8. Twitter

    Esta es una de las compañías que creó su MPV rápidamente en 2006: en menos de un mes ya tenía su primer prototipo. La idea surgió en medio de una junta de la empresa Odeo, una plataforma de podcast. La propuesta fue planteada por Jack Dorsey, que en ese entonces todavía era un estudiante y se había inspirado en los mensajes SMS, que permiten cierto número de caracteres, y en la dinámica de compartir contenido en Flickr. A continuación, vemos uno de sus bocetos. 

     Imagen de Jack Dorsey en FlickEjemplo de producto mínimo viable: Twitter

    Su nombre original era «Twttr» que imitaba el sonido de un pájaro y su primera versión fue utilizada para la comunicación interna de los empleados de Odeo. El mismo año de su creación, los fundadores compraron las acciones del proyecto, lo cual les permitió optimizar el software y convertirlo en la red social que conocemos hoy en día. 

    9. Platzi

    El producto mínimo viable de la plataforma Platzi fueron dos sitios web. Por un lado, el colombiano John Freddy Vega tenía su proyecto «Cristalab», en el que compartía tutoriales acerca de desarrollo web. Por otro lado, estaba el guatemalteco Christian Van Der Henst, a cargo de «Maestros de la web», donde brindaba contenido del mismo tipo.

    Ellos dos se conocieron en una conferencia y, aunque eran competencia directa, decidieron unirse porque ambos estaban en busca de un mismo objetivo: aprender y enseñar tecnología en español. Crearon un primer curso para impartirlo en un laboratorio de computadoras, pero no tuvo gran éxito, pues solo 40 personas se inscribieron. Después de un tiempo lo trasladaron al formato en línea, donde personas de diferentes países pueden acceder en cualquier momento.

    Ejemplo de producto mínimo viable: Platzi

    Imagen de Platzi

    10. Mercado Libre

    Podríamos llamar a esta empresa, el Amazon de Latinoamérica, que fue fundada en 1999 por Marcos Galperín. La idea surgió como parte de su proyecto estudiantil para obtener su Master of Business Administration en la Universidad de Stanford. El modelo permaneció guardado hasta que la empresa donde Galperín trabajaba cerró y fue despedido. Así que decidió poner manos a la obra para desarrollar la startup en Argentina; esta traspasó fronteras y hoy opera en 18 países.

    Ejemplo de producto mínimo viable: Mercado Libre

    Imagen de Mercado Libre

    11. Zynga 

    Esta es una marca originaria de Texas que en 2007 llevó la idea del popular Solitario de Windows a otro nivel, es decir, creó un sitio en internet donde se podía jugar póker. Más tarde añadió la función de jugadas en vivo, a las que millones de usuarios de varios países se unieron. Esto llamó la atención de Facebook, quien lo hizo socio para que desarrollara más juegos en vivo en su plataforma Live, tales como el popular FarmVille. Ejemplo de MVP de Zynga

    Imagen de Mike Mozart en Flickr

    Preguntas frecuentes sobre producto mínimo viable

    A continuación encontrarás algunas de las preguntas más comunes que recibimos en la comunidad de HubSpot sobre este tema:

    Ahora ya tienes toda la información que necesitas para comenzar a desarrollar tu producto mínimo viable y comprobar que estás ofreciendo algo que la gente va a comprar. Haz que tu emprendimiento surja de manera precisa.

    Desarrolla el producto mínimo viable

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