Hoy, la capacidad de innovar es una de las cualidades empresariales más importantes. Si consideramos el nivel de competencia actual, solo las compañías con ofertas originales, únicas y muy creativas sobresalen en el mercado. Por ello, resulta tan estresante llegar a una solución innovadora cuando ninguna se ajusta al presupuesto, satisface a los líderes o supera los tiempos de entrega.
Por fortuna, existen algunas técnicas que incentiva el ingenio para dar solución a estos escenarios. Las lluvias de ideas, los mapas mentales y algunas actividades de integración son buenos aliados a la hora de buscar respuestas originales y arriesgadas a problemas concretos, pero no son las únicas.
En este artículo, te presentaré el método Walt Disney y de qué forma puedes aplicarlo para propiciar la imaginación e innovación de tu equipo. También conoce algunas aplicaciones de este recurso en escenarios cotidianos de la vida empresarial.
Qué es el método Walt Disney
El método Walt Disney es un conjunto de técnicas que tienen como fin fomentar la creatividad. Estas estrategias son idóneas para que el talento de las empresas consigan pensar fuera de lo convencional y generar respuestas innovadoras a partir de un razonamiento analítico, divergente, pragmático y crítico.
Este recurso fue ideado por Robert Dilts, en 1994, para ayudar a las personas a alcanzar la genialidad creativa. Sin embargo, en el ámbito empresarial, ha ganado gran popularidad, debido a que es perfecto para el trabajo colaborativo, en el que se busca sumar diferentes mentalidades y extraer lo mejor de cada miembro del equipo.
Cómo aplicar el método Walt Disney
Seguir el método Walt Disney puede ser muy benéfico para tu empresa. Pero es importante que, al aplicarlo, sigas algunas pautas que aseguren su éxito. Revisemos cuáles.
1. Analiza el problema
Comprender con detalle una situación es fundamental en el proceso de resolución de la misma. Con esto, podrás identificar las variables involucradas en un fenómeno, los requisitos de una asignación o los objetivos de un proyecto para que puedas abordarlo correctamente. Además, a partir de esta información, obtendrás una guía sobre lo que debes hacer, cómo hacerlo y para qué.
Piénsalo de la siguiente manera. Si alguna vez se ha descompuesto tu ordenador, lo más seguro es que hayas tenido que ir con un experto en reparación o un ingeniero en sistemas para que evaluara tu equipo. Esto ocurre así porque ellos saben cómo funciona la máquina y pueden identificar el problema para darle una solución.
Aquí lo más importante es ponerte en la posición de un extranjero en el tema. Es decir, analiza de manera objetiva cada variable de la situación. Así, tendrás una visión menos personal y podrás hacerte de un criterio libre de sesgos.
2. Prepara a tu equipo
Una vez que todos conozcan el panorama al que se enfrentan, establezcan las pautas necesarias para que la técnica funcione. Una alternativa es dividir a los miembros de tu plantilla en tres equipos. Luego, cada uno cumplirá con una función diferente en el proceso:
- Grupo soñador: serán los encargados de responder a la pregunta «¿qué podemos hacer?».
- Grupo realista: averiguarán «¿cómo podemos hacerlo?».
- Grupo crítico: serán los responsables de evaluar el resultado de la estrategia.
Otra buena opción es agrupar al personal según sus habilidades. Por ejemplo, los más creativos pueden formar parte del «Grupo soñador»; los más procedimentales, del «Grupo realista» y los más analíticos, del «Grupo crítico».
3. Imagina alternativas para solucionar la situación
Este es el momento de ponerte creativo mediante tu «Grupo soñador». Es una etapa para que dejes volar tu imaginación y busques vías para llegar a la meta. No olvides tomar en cuenta los aspectos que identificaste en tu análisis previo, pero sin fijarte demasiado en los detalles.
Si has visto alguna película animada de Disney, has notado que muchas de sus historias son fantásticas, arriesgadas o bastante imaginativas. Invita a tus colaboradores a pensar de este modo y a crear escenarios o planes sin importar si son demasiado intrépidos. Pueden apoyarse de una lluvia de ideas o storytelling.
Procura enfocarte y ayudar a los miembros de tu equipo que tienen un espíritu creativo. Estas personas podrán tener ideas más radicales y, gracias a sus habilidades, tendrán la posibilidad de salir de lo establecido para pensar más allá.
4. Discrimina entre las opciones realistas y las que no lo son
Ya tienes un buen universo de posibilidades, por tanto, es tiempo de discernir cuáles son viables y cuáles no. Esto será responsabilidad del «Grupo realista». Si bien imaginar opciones puede ser divertido y útil para pensar de forma innovadora, lo cierto es que los planes de negocios deben obedecer a las lógicas empresariales, de negocios y presupuestales.
Por tanto, tamiza o filtra tus propuestas con el fin de quedarte solo con aquellas que pueden ejecutarse. Seguro durante este proceso perderás muchas de las alternativas que generó tu equipo. No obstante, eso no significa que debas desecharlas, pues, en otros escenarios, podrías implementarlas.
Para este procedimiento, apóyate en tu personal más analítico y lógico, ya que su misión será anclar a la realidad las propuestas para partir de un buen lugar y planificar de forma consciente sobre los recursos de la organización, sus aspiraciones y mercado.
5. Pon a prueba y evalúa tus planes de trabajo
Construye con detalle el plan a seguir de la mano del «Grupo crítico». En esta fase, tienen que sopesar todos los pasos, costes y detalles necesarios para hacer de la solución una realidad.
Una vez definido el plan, sométanlo al escrutinio del equipo. Si se trata de un diseño publicitario, pregúntense qué podría no gustarle al cliente. Si es un nuevo producto, consideren si tiene algún aspecto a mejorar. En cambio, cuando es un nuevo proyecto empresarial, piensen qué riesgos se pueden correr.
Los mejores comentarios que podrás recibir en esta etapa son de los colaboradores más «críticos». Estos trabajadores cuentan con una mayor sensibilidad a los detalles, por lo que pueden evaluar muchos caminos (y no necesariamente solo los buenos).
6. Elige el mejor camino a seguir
Ahora que tu equipo sabe cuáles son las opciones más viables y a qué retos se pueden enfrentar, lleguen a una decisión para poner en marcha su proyecto. Una opción es dejarla en manos de tus líderes, quienes decidirán qué plan resulta más conveniente a la empresa. Otra es apostar por votos que motiven a los colaboradores a sentirse parte del trabajo.
Al finalizar estos pasos, no queda más que refinar el proyecto que haya demostrado ser más realista y creativo.
Esta metodología compensa las habilidades y fortalezas de los miembros de un equipo para encontrar la mejor respuesta a una necesidad empresarial. Veamos cómo puede verse esto en la práctica.
Ejemplos de aplicación del método Walt Disney
Lanzamiento de una nueva imagen de marca
Supongamos que una pyme quiere lanzar una nueva imagen de marca. Este proyecto implica la creación de un logotipo, el uso de una paleta de colores diferente y el rediseño de su sitio web. La misión debe poner como prioridad la creatividad, pues el objetivo es que su aspecto sea más atractivo y genere una mayor impresión en las personas.
Para aplicar el método Walt Disney, esta empresa deberá reunir a su equipo. Quizá cuente con un diseñador, un profesional de marketing y un gestor financiero. Puede parecer poco, pero estos elementos son más que suficientes para implementar esta técnica. De acuerdo a sus habilidades, puedes asignar a tu diseñador el papel de soñador; al profesional de marketing, el de realista, y al gestor financiero, el de crítico.
Seguro el diseñador entregará una serie de opciones creativas, pero no todos serán viables para crear una identidad de marca. Por eso, el profesional de marketing será el encargado de filtrar sus propuestas para encontrar las que sirven para los formatos publicitarios del sector, es decir, las que se pueden ampliar o reducir sin perder legibilidad, y que van de la mano con la identidad de la empresa o que lucen modernas. Por último, el gestor financiero podrá ver el resultado de forma más crítica e identificar los detalles que tal vez hayan pasado por alto los demás.
Luego de perfeccionar las o la alternativa más adecuada, será momento de ponerla en marcha.
Creación de campaña publicitaria para YouTube
Si hablamos de una empresa de mayor tamaño, emplear este recurso puede ser un reto aún más grande, pero también una estrategia mucho más dinámica. En este escenario, un gran corporativo dedicado a la venta de maquinaria quiere lanzar una campaña publicitaria mediante videos de YouTube. El CEO ha dado libertad creativa, pero con un límite presupuestal y de tiempo de entrega a un trimestre.
Para el trabajo, el equipo de marketing será el encargado de gestionar el proyecto. Su primer paso será dividir a sus miembros en tres grupos: soñadores, realistas y críticos. Debido a que todos poseen habilidades similares y un nivel de conocimientos adecuado en el área, la división puede ser indistinta.
Es probable que los soñadores propongan buenas alternativas para resolver el proyecto: un breve documental sobre la producción de las maquinarias, un spot comercial donde resalten el valor de su producto o hasta una miniserie temática. Los realistas evaluarán qué es viable y qué no según el presupuesto y el tiempo, por ejemplo dejarán fuera la miniserie. Por último, el tercer equipo afinará los detalles del proyecto y evaluará todos los riesgos, demoras y gastos que pueda generar el plan, por lo que escogerá el spot comercial.
La ventaja de contar con una plantilla de trabajo grande es que puedes repetir el ejercicio si designas a los diferentes grupos nuevos papeles, con lo que nutrirás el número de opciones entre las que puedes decidir.
Adición de un nuevo producto a una línea de marca
A veces las decisiones de una organización no dependen de un gran número de personas, sino de unos pocos responsables de área o de una sola persona. Aunque te he compartido que el método Walt Disney funciona mejor para grupos de trabajo, lo cierto es que también puedes usarla de forma individual.
Por ejemplo, tienes una tienda en línea de ropa producida de manera artesanal y la vendes tú mismo. En este contexto, lo más importante es que generes prendas nuevas, creativas y modernas para tu público. La pregunta es ¿cuál?
Tú mismo puedes jugar el papel de cada uno de los personajes que hemos visto. Lo más importante es que te tomes muy en serio el proceso y que en cada etapa solo pienses como lo haría cada uno de estas figuras. A la hora de ponerte creativo, puedes proponer las alternativas que quieras y tan imaginativas como sea posible. Después, evalúa qué prendas puedes producir, cuáles representarán un gasto elevado y cuáles van más de la mano con el estilo de la marca.
Por último, solo faltará que revises los detalles desde un punto de vista crítico. Piensa qué riesgos puedes correr, si hay disponibilidad de los materiales que necesitas y qué infraestructura necesitarás para producir los artículos. Mientras más aspectos cubras, es mayor la probabilidad de que el plan sea un éxito.
Aplica esta técnica en el día a día de tu empresa, incentiva la creatividad, asegúrate de que tomas las mejores decisiones y haz que tu actividad empresarial sea tan emocionante como las películas con el método Walt Disney.