Todos tenemos fortalezas y puntos débiles que nos definen como individuos. No obstante, hablar sobre las debilidades en una entrevista de trabajo puede generar muchas dudas: ¿qué tanto debes sincerarte?, ¿cómo abordar aquello en lo que no eres experto?, ¿de qué forma hablar de tus flaquezas, sin que esto te perjudique?
Si estás próximo a ir a una entrevista de trabajo y tienes temor de cómo puedes hablar sobre tus «puntos negativos», aquí te damos algunos consejos que, además de ayudarte a abordar tus complejidades, también te permitirá aceptarlas y volverlas un punto fuerte.
¿De qué sirve conocer tus debilidades en el terreno laboral?
Muchas personas pueden expresar con facilidad todo lo bueno que saben hacer, pero cuando alguien les pregunta sobre sus debilidades, se quedan pasmados. Nunca es fácil admitir que no tienes experiencia en algo, sobre todo si estás en una entrevista de trabajo, pero no es una opción omitir una respuesta por temor a decepcionar al reclutador.
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Conocer tus debilidades te ayuda a comprender quién eres y cómo funcionas. Existe una gran brecha entre las fortalezas y las debilidades, pero tener la capacidad de hablar claramente sobre ambas te permite lograr más objetivos, tanto personales como profesionales.
Autoevaluarte no solo conlleva saber cuáles son tus mejores virtudes, sino también aquello en lo que te falta experiencia o simplemente no has logrado desarrollar. Sin embargo, para usar tus puntos débiles a favor es necesario detectarlos y analizarlos.
¿Cómo hallar tus debilidades para una entrevista de trabajo?
Todos tenemos debilidades personales y profesionales. Algunas son más obvias que otras, pero de cualquier manera es importante identificarlas para aprender a convertirlas en fortalezas. Para hacerlo, puedes aplicar los siguientes consejos.
1. Comprender qué es una debilidad profesional
Puede parecer poco esencial, pero no son lo mismo tus debilidades personales que las profesionales. Una debilidad en el área laboral es una acción o una carencia, que dificulta alcanzar todo tu potencial. Las debilidades pueden ser físicas, mentales o emocionales. Su existencia y falta de abordaje te limitan para lograr tus metas y objetivos.
2. Practicar la autoconsciencia
La autoconsciencia es el hábito de prestar atención a la forma en que piensas, sientes y te comportas. Sirve para detectar todas tus virtudes, pero también es una buena herramienta para hallar tus debilidades. Esta consiste en observar tus patrones o conductas comunes. Aunque es una habilidad que requiere tiempo desarrollar, resulta conveniente comenzar a ejercitarla.
Algunas formas en que puedes usar la autoconsciencia para determinar tus debilidades son las siguientes:
- Piensa en lo que te molesta de otras personas. Muchas veces las cosas que te irritan son un reflejo de alguna debilidad que te desagrada de ti mismo. Si alguien en algún trabajo que anteriormente hayas desempeñado tenía una actitud que no te agradaba, pregúntate si tú nunca actuaste igual.
- Medita tus pensamientos. Con frecuencia existe una falta de conciencia sobre ti mismo porque es fácil creer que tenemos la razón, pero detenerte a analizar lo que piensas y por qué lo piensas puede dejarte ver algunas debilidades que puedes cambiar.
- Identifica tu debilidad emocional. Seguramente alguna vez algo o alguien desencadenó enojo o decepción durante tu desempeño laboral. Si es así, piensa en ello y analiza ¿qué puedes aprender de ello? Por ejemplo, tal vez una de tus debilidades profesionales es que te da mucha ansiedad hacer propuestas por temor a que te juzguen. Esa debilidad podría esconder que realmente te sientes inseguro porque no consideras estar 100 % capacitado para desarrollar tus actividades. Algo que se puede solucionar solicitando asistir a cursos o capacitaciones.
- Realiza un análisis FODA personal. Esta herramienta no solo es útil para que las empresas determinen sus áreas de oportunidad y riesgo. Hacer un análisis FODA personal es muy útil para realizar una introspección; podrás ver por escrito aquellos puntos débiles que te limitan y las amenazas que representan si no las abordas oportunamente.
- Analiza tus puntos débiles al preguntar sobre ellos a alguien más. Puede ser un poco atemorizante pedirle a alguien que te diga lo que opina de ti, sobre todo si debe concentrarse en «lo malo». Si tienes la confianza de acercarte a algunos colegas, pídeles que te digan las que consideran tus debilidades. Esas personas se encuentran en una posición única para apoyarte y hallar aquello que no habías notado y que puedes mejorar. Solo evita molestarte y piensa que esto es una crítica constructiva.
- Recuerda cómo aprendiste aquello en lo que hoy eres experto. Si regresas un poco en el tiempo y recuerdas tu proceso de aprendizaje, puedes darte cuenta de las debilidades que tuviste y la forma en que lograste superarlas.
3. Mirar con honestidad tus relaciones laborales
Analiza cómo han sido tus relaciones profesionales con tus colegas, superiores o aquellos a los que has tenido que enseñar lo que tú sabes. Puedes llevarte una gran sorpresa al identificar que tienes problemas para trabajar en equipo, no eres el mejor dirigiendo a alguien, o no eres bueno siguiendo órdenes. Todas estas conductas pueden ajustarse y ayudarte a desempeñarte mejor en tu trabajo.
4. Lee tu diario o libreta de pensamientos
Si tienes el hábito de escribir sobre tu día a día o tus pensamientos, léelos. Ahí podrás encontrar muchas reacciones a ciertas actitudes, personas o circunstancias negativas. Utiliza estas debilidades: problemas para comunicarte, miedo al rechazo, temor a equivocarte, etc. para crecer en tu vida profesional.
5. Haz una lista de aquello que no ha funcionado en tu vida laboral
Hallar tus debilidades es mucho más sencillo cuando analizas tus errores o aquellas ocasiones en las que no lograste lo que te propusiste. Por ejemplo, si no llegaste a la meta estimada en ventas, ¿por qué pasó? Tal vez no priorizaste a los clientes y le diste más atención a los menos rentables. Todos las metas que hayan representado un reto, una dificultad o un fracaso sirven mucho para encontrar las debilidades que tienes y que puedes transformar.
Una vez que hayas determinado cuáles son tus puntos débiles laborales, anótalos, analízalos y piensa cómo desarrollar esas debilidades en una entrevista. De esta manera estarás más preparado para esa temida pregunta y contestarás de forma sincera y acertada.
¿Cómo hablar de tus debilidades en una entrevista de trabajo?
«¿Cuáles son tus debilidades?» es una pregunta común que usan los entrevistadores como herramienta para comprender tu personalidad y estilo de trabajo. Con tus respuestas pueden saber la forma en que te evalúas, si puedes abordar tus debilidades, saber cómo has trabajado para mejorarlas y cómo las equilibras con tus fortalezas. Esto, para determinar la forma en que podrías ajustarte a la empresa y al equipo de trabajo con el que colabores.
Además de esa pregunta, también hay algunas variaciones:
- ¿Cuáles dirían tus colegas que es tu mayor debilidad?
- Si pudieras cambiar algo de ti mismo, ¿qué sería?
- ¿Cómo te recuperas de los errores?
- ¿Qué aspectos de tu carrera crees que podrías mejorar?
Sea cual sea la pregunta que el reclutador te realice, siempre debes estar preparado para hablar de tus debilidades en una entrevista. Si aún no estás seguro de cómo abordarlas sin que causen una mala impresión, te damos los siguientes consejos.
1. Reconoce que no eres perfecto
A la pregunta «¿Cuál es tu principal debilidad?», muchos candidatos suelen responder con frases clichés como «Soy demasiado perfeccionista» o «Estoy obsesionado con los detalles». Aunque esto fuera cierto, parece una respuesta cómoda, poco sustanciosa y pretenciosa, pues en realidad no estás revelando un defecto, sino anunciando que eres la panacea.
Sin embargo, los reclutadores tienen experiencia en reconocer la veracidad de las respuestas de los entrevistados y algo que valoran mucho es la honestidad. Explicar que eres consciente de una debilidad en particular y que has tomado acciones para mejorar es una señal de madurez que resulta atractiva para los empleadores.
Una forma en que puedes hablar sobre tus debilidades en una entrevista es eligiendo una que te permita demostrar crecimiento y entusiasmo por aprender. Algunos ejemplos pueden ser: tendencia a la procrastinación, incomodidad al hablar en público, experiencia limitada en algún software, etc.
Y la manera de expresarlo puede ser: «Antes tenía problemas para hablar en público con los clientes, pero tomé un curso de oratoria y desenvolvimiento escénico; me ayudó mucho a tener confianza en mí mismo y abordar mis presentaciones mucho mejor».
2. Haz de tus debilidades algo positivo
Cuando sepas cuáles son los puntos que puedes mencionar como parte de tus debilidades en una entrevista, trata de abordarlas de forma auténtica pero provechosa. Algunas sugerencias son:
- Enfatiza la parte positiva de tu anécdota o tu experiencia sin usar palabras negativas como «fracaso» o «ineptitud».
- Destaca de qué manera tus debilidades te han impulsado a transformarte en alguien mejor y lo que has aprendido de ellas.
- Reconoce las cosas en las que no eres perfecto, pero estás dispuesto a mejorar con medidas de acción.
Además responder sobre tus debilidades en una entrevista, también debes tener un plan de acción que puedas mencionar para complementar tu experiencia. Por ejemplo: tomar algún curso, explorar más herramientas innovadoras, inscribirte a algún taller o grupo de estudio, etc.
3. Menciona las habilidades en las que has mejorado
Otra forma en que puedes hablar con éxito sobre tus debilidades en una entrevista es destacando las habilidades en las que has mejorado durante tu trabajo. De esta manera le demuestras al reclutador que estás dispuesto a trabajar activamente para mejorar en áreas o aspectos que no dominas.
Te recomendamos hablar sobre dónde comenzaste y los pasos que diste para mejorar y lo que obtuviste. Por ejemplo: «Como creador de contenido, rara vez tengo contacto directo con los clientes, pero consideré que podía mejorar mis propuestas para redes sociales para incentivar las compras aprendiendo nuevas habilidades en ventas. Tomé un curso y comencé a acercarme al área comercial para conocer las principales necesidades de los clientes y comencé a desarrollar un contenido más enfocado. Los resultados se reflejaron en el aumento de ventas de ciertos productos».
Este tipo de respuesta le sirve mucho a los reclutadores para comprobar que, aunque tengas aspectos en donde no eres un experto, tienes la iniciativa de aprender nuevas cosas para mejorar tu trabajo.
4. Discute habilidades no esenciales
Si vas a una entrevista de trabajo es porque realmente cumples todos o la mayoría de los requisitos solicitados por el empleador. Entonces puedes analizar las habilidades y fortalezas clave requeridas. Así puedes reconocer con honestidad alguna deficiencia que no sea esencial para desempeñarte bien y brindar resultados, en caso de que te quedes con el puesto.
Por ejemplo, si están solicitando un diseñador gráfico puedes mencionar que no eres particularmente hábil en liderar equipos. Para equilibrar tu respuesta te convendría subrayar que sí tienes habilidades de comunicación para trabajar en equipo. De igual manera, puedes destacar que, a pesar de tener este punto débil, tienes la mejor disposición para aprender de tus líderes y tratar de dirigir algún proyecto, cuando sea necesario.
5. Da un ejemplo de tu vida personal
Si tienes debilidades laborales, tienes debilidades personales. Está bien y es normal. Si no sabes cómo responder en una entrevista de trabajo cuando te preguntan por aquello en lo que no eres experto, puedes usar un ejemplo de tu vida personal. Por ejemplo, si eres alguien introvertido que no le gusta correr riesgos porque prefieres desarrollarte en un entorno tranquilo, ¡es válido contarlo! Eso sí, siempre y cuando no estés postulándote para una vacante en donde la comunicación con otras personas sea algo esencial. De lo contrario, consideramos que ese no es el puesto ideal para ti.
Mostrarte honesto y transparente te da puntos a favor con los reclutadores. La superación personal y la autoconsciencia son bien vistas para desempeñar un buen rol en alguna empresa, pues tienes la agudeza de conocerte y reconocer tus flaquezas.
6. Demuestra que estás dispuesto a pedir ayuda
Muchas personas, al verse frente a un dilema, suelen quedarse calladas por temor a preguntar o pedir ayuda. Nadie nace siendo un experto en algo; reconocer que hay cosas en las que necesitas la guía o el apoyo de alguien más es lícito y valioso.
Si ya has hablado de tus debilidades en una entrevista puedes complementar tu respuesta afirmándole al reclutador que, a pesar de no ser el mejor en una área, no escatimarás en buscar una solución o acercarte a alguien para resolver el asunto lo más pronto posible. Con esto, también demuestras que eres bueno identificando problemas y haces lo posible por mitigarlos rápidamente.
Recuerda que todos tenemos debilidades, pero tu capacidad para reconocerlas y trabajarlas es lo que se puede convertir en una gran fortaleza. Si tienes temor a hablar de tus debilidades en una entrevista, ¡respira! Las empresas no están esperando tener colaboradores perfectos, sino miembros que se desenvuelvan con honestidad y compromiso, y que estén dispuestos a mejorar día a día para ofrecer mejores resultados.