Qué es la tasa interna de retorno, cómo se calcula y ejemplos

Guía: cómo demostrar el ROI
Stefano Gasbarrino
Stefano Gasbarrino

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Gran parte de los negocios se sustentan en las inversiones. Muchas veces esto tiene que ver con el tiempo y el esfuerzo que tanto líderes como empleados depositan en la empresa. En esta ocasión dedicaremos especial atención a las inversiones económicas.

Tasa interna de retorno

Estas inversiones pueden ocurrir cuando un emprendedor dispone de ahorros o solicita un préstamo para arrancar un proyecto de negocio, o bien cuando un inversionista inyecta capital a una empresa. En cualquier caso, las personas que aportan su dinero al proyecto esperan obtener algo a cambio: ganancias.

Por ello, siempre es importante estimar si una inversión implicará un beneficio económico futuro. Pero ¿cómo saberlo antes de hacer la inversión?

Para conocer con exactitud cuál es el beneficio (o pérdida) que puede esperarse de una inversión existe una medida conocida como TIR (o tasa interna de retorno). Continúa leyendo para descubrir qué es esta tasa, cómo calcularla y en qué casos puede ser útil para tu negocio.

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Para qué sirve la tasa interna de retorno

Una inversión siempre conlleva un grado de riesgo, que puede ser muy bajo (cuando hablamos de mercados sólidos y establecidos) o altos (cuando se trata de soluciones emergentes o nichos de reciente creación). Frente a esta situación, los inversores buscan herramientas para decidir dónde, cuánto y cómo invertir entre la gran cantidad de proyectos de negocios que necesitan financiamiento.

En concreto, la tasa interna de retorno sirve para estimar la rentabilidad de un proyecto. Asimismo, facilita la detección de riesgos y anticipa las posibles ganancias y pérdidas que pueden derivarse del mismo.

Esta tasa es primordial para que los inversores y emprendedores evalúen la pertinencia y viabilidad, tanto de sus inyecciones de recursos como del propio proyecto de negocios. También puede ser útil para aquellos que buscan una inversión, ya que funciona como una herramienta de convencimiento que evidencia los beneficios de apoyar a un proyecto.

El cálculo de esta tasa es muy parecido al del retorno de la inversión, pero se diferencian en cuanto que la TIR ayuda a conocer, mediante otras fórmulas, las ganancias acumuladas que pueden percibirse en periodos más largos.

Veamos un paso a paso más detallado y algunos ejemplos de aplicación.

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¿Cómo calcular la tasa interna de retorno?

1. Calcula el valor inicial

Para medir una tasa interna de retorno es necesario, en primer lugar, contar con los números correspondientes a los gastos derivados de una operación, ya sea el lanzamiento de un nuevo producto, la creación de una empresa o la mejora de un servicio. La suma de estos valores corresponderá al valor inicial de la operación.

2. Estima el valor final 

Paralelamente, deberás estimar los ingresos esperados como producto de la operación. La suma de estos valores corresponderá a las ventas esperadas, ingresos derivados y otros números que muestren los beneficios obtenidos por la operación. 

3. Mide el flujo de dinero

El tercer paso consiste en restar al valor final (que has estimado con tu proyección de venta) el valor inicial que calculaste considerando tus gastos concretos. Esto dará como resultado la ganancia neta derivada de la operación, o bien el flujo de caja que resume los beneficios netos menos las deudas y gastos iniciales.

4. Obtén tu indicador

El siguiente paso es sencillo: solamente deberás dividir la ganancia neta proyectada de la operación entre el valor inicial de la misma. Este valor indicará cuánto dinero se habrá percibido por cada unidad de inversión. Si este valor es alto, podemos intuir que la operación es rentable. Si, por el contrario, el valor obtenido es bajo o negativo, sabremos que no habrá una ganancia efectiva o bien que incluso existirán pérdidas. 

5. Hazlo porcentual

Por último, para que el valor obtenido tenga la forma de una tasa, es necesario que multipliques el resultado de los cálculos anteriores por 100. De este modo obtendrás un valor porcentual que representa la tasa interna de retorno.

Es importante tener en cuenta que esta fórmula solo funciona para obtener un valor estimado en los mejores escenarios posibles. Esto significa que está comprometida con el hecho de que se venderán las mercancías, que habrá un volumen determinado de contrataciones de servicio o que existirá un flujo de clientes mínimo. Veamos algunos ejemplos que evidencian esta situación en diferentes escenarios.

3 ejemplos de cálculo de la tasa interna de retorno

1. Compra de lote para construcción

Imaginemos un escenario en el que una empresa constructora y de desarrollo inmobiliario está evaluando adquirir un lote (una obra construida en una zona urbana de alto valor), con el propósito de demolerlo y construir un edificio de cuatro plantas. Para este proyecto la empresa busca inversionistas que aporten el capital para comenzar la obra.

Naturalmente, los posibles inversores en esta operación querrán saber cuál será la ganancia que percibirán en caso de que todos los apartamentos del edificio se vendan en el tiempo establecido. 

Supongamos los siguientes valores finales e iniciales:

  • Valor final: comprende la venta de ocho apartamentos de 500.000 USD cada uno, en un plazo de un año a partir de la compra del lote. Esto equivale a 4.000.000 USD.
  • Valor inicial: considera la compra del lote (1.000.000 USD), la demolición de la obra existente (100.000 USD), la construcción de la edificación nueva (2.000.000 USD), los gastos derivados del proceso (como la gestión de trámites y permisos) por 100.000 USD y las ganancias reservadas a la empresa constructora, equivalentes a 500.000 USD. La sumatoria de estos valores equivaldrá a 3.700.000 USD.

Al aplicar nuestra fórmula sabremos que la ganancia neta de la operación será de 300.000 USD. Este monto, dividido entre el valor inicial, nos arrojará como resultado 0,081.

Por último, para conocer la tasa porcentualmente deberemos multiplicar este valor por 100 y obtendremos como resultado que la TIR del proyecto es de 8,1 %.

Este valor evidencia que la inversión no tendrá una alta rentabilidad para los inversores, por lo que es recomendable elegir otra opción inmobiliaria para invertir o bien un producto diferente.

2. Inauguración de una nueva sucursal

Supongamos un nuevo escenario: un emprendedor barcelonés ha tenido éxito con el lanzamiento de su propia marca de diseño y quiere abrir una nueva tienda en una zona exclusiva de Madrid. Debido a que su negocio ha reportado números positivos, el dueño de la marca cuenta con los recursos para cubrir los gastos de apertura, el acondicionamiento y el pago a empleados, por lo que haría una inversión en su propio patrimonio.

Sin embargo, el empresario quiere evaluar, previamente, si la operación será rentable y cuáles serán sus ganancias en el mercado madrileño.

Consideremos los siguientes valores:

  • Valor final: la tienda de moda cuenta con una cartera reducida de 3 productos con una capacidad de producción limitada: 1000 pares de zapatos que reportarían ventas por 100.000 EUR; 2000 camisas equivalentes a 400.000 EUR, y 500 trajes equivalentes a 200.000 EUR. Nuestro empresario estima ventas por la mitad de cada uno de estos productos (50.000 EUR en zapatos; 200.000 EUR en camisas, y 100.00 EUR en trajes). Esto equivale a un valor final de 350.000 EUR en un año.
  • Valor inicial: la renta del espacio para la tienda por un año costaría 50.000 EUR, y la producción de los artículos consiste en 20 % del valor de venta, por lo que sabremos que la mercancía costará 70.000 EUR para ser producida. A estos gastos se suma el pago de sueldos (50.000 EUR al año) y gastos de publicidad (30.000 EUR). Esto equivale a un valor inicial de 200.000 EUR.

El primer paso para estimar nuestra TIR es conocer la ganancia neta de la apertura de la tienda durante el periodo establecido de un año. Esta se obtiene a partir de la diferencia entre el valor final y el valor inicial; en este caso, equivale a 150.000 EUR. Al dividir esta cifra entre el valor inicial de 200.000 EUR, obtendremos 0,75 como resultado.

Para conocer la tasa, bastará que multipliquemos esa cantidad por 100 y el resultado será 75 %, una tasa interna de retorno realmente alta.

3. Lanzamiento de un nuevo producto

Supongamos otro escenario: una empresa consolidada en el área de servicios financieros quiere lanzar un software de gestión de nómina en la nube para pequeñas y medianas empresas. A pesar de que la empresa cuenta con recursos, ha optado por crear rondas de inversión para atraer a nuevos miembros a su mesa directiva.

Esta empresa sabe que su software debe ser económico, ya que la competencia en el sector es muy elevada. Es por ello que antes de lanzar el sistema al mercado necesita evaluar si será rentable o no.

Consideremos estos valores:

  • Valor final: la empresa sabe que tiene la capacidad para ceder únicamente 300 licencias de su plataforma, debido a que su personal de mantenimiento es aún escaso y sus servidores no cuentan con mayor capacidad para asegurar un óptimo funcionamiento. Cada licencia costará 50 USD mensuales, equivalente a 600 USD al año por cada una. Esto significa que el valor final será de 180.000 USD al terminar el año, si se venden todas las licencias. 
  • Valor inicial: se sabe que el desarrollo del software y su mantenimiento por un año costarán 50.000 USD; además, el pago de un servicio en la nube con esa capacidad equivale a 20.000 USD; el pago de sueldos para los diez gestores de atención será igual a 100.000 USD; y, por último, la empresa considera un gasto de marketing para promocionar el producto en 20.000 USD más. Esto equivale a un gasto inicial de 190.000 USD.

Podemos ver que el valor inicial es más alto que el valor final, por lo que obtendremos (de la diferencia entre ellos) un valor negativo: -10.000. Al dividir este monto entre el valor inicial, tendremos como resultado -0,052.

Al migrar esto a una tasa porcentual sabremos que la TIR es de -5,2 %, lo que significa que seguramente habrá pérdidas en la inversión.

Como puedes ver, la tasa interna de retorno es muy sencilla de calcular, pero requiere que pongas atención en todos los gastos e ingresos esperados. Además, antes de hacer una inversión deberás considerar si es posible que se cumpla con las ventas esperadas, ya que en ello reside el riesgo al invertir.

Una vez que conozcas esta tasa, puedes hacer algunos cálculos más complejos, como el del valor presente neto, que te ayudará a estimar el retorno de una intereses a plazos, de acuerdo con tu valor de inversión.

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