«Tuve suerte». «No pertenezco aquí». «Soy un fraude y es solo cuestión de tiempo para que todos lo noten». ¿Esas frases te son familiares?
La mayoría hemos experimentado sentimientos de duda y desvalorización sobre nuestro trabajo en algún momento de la vida.
Pero cuando tus logros son resultado de tu conocimiento, trabajo y preparación, y aun así te sientes incompetente... probablemente eres víctima del síndrome del impostor. Continúa leyendo para saber de qué estamos hablando y para descubrir algunos consejos que te ayudarán a evitar estos pensamientos.
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Qué es el síndrome del impostor
El síndrome del impostor es un conjunto de síntomas psicológicos que consisten en dudar sistemáticamente de las capacidades propias. Alguien con síndrome del impostor no reconocerá sus logros, tendrá un desgaste anímico, eventualmente verá afectada su productividad en el trabajo y podría presentar estrés a niveles elevados y continuos.
Quien sufre este síndrome por lo regular se siente como un fraude, independientemente de que sea inteligente, hábil y tenga buenas cualidades profesionales. Más que celebrar sus logros, las personas que padecen este síndrome se preocupan porque creen que de alguna manera han engañado a la gente haciéndoles pensar que son muy buenos. Como resultado, viven con miedo de que los demás «se den cuenta» o de que alguien «los exponga».
Por qué ocurre el síndrome del impostor
De acuerdo con la psicóloga Laura Barrientos, el síndrome del impostor es un fenómeno multifactorial en el que se ven involucrados factores biológicos, psicológicos y sociales. Por ello es realmente complicado describir los motivos reales por los que la gente desarrolla este padecimiento. Sin embargo, hay algunas pistas sobre su origen.
En el campo de la investigación se han considerado sobre todo los temas relacionados con actitudes en núcleos familiares o de confianza, que tienden a reconocer de manera superficial los logros y rechazar rotundamente los errores durante la etapa formativa de la infancia. Por un lado, se teme al error y, por el otro, pareciera ser que el niño (en un futuro, adulto) solo adquiere validación cuando triunfa y, todavía peor, esta no se expresa a través de un reconocimiento sincero, sino solo por una pequeña mención de su éxito.
El síndrome del impostor en realidad es más común de lo que crees. Los investigadores creen que hasta un 89 % de las personas ha sufrido de este síndrome en algún momento de la vida, con especial fuerza al desempeñarse como profesionales. A pesar de estos números, el síndrome del impostor no debe ser tomado a la ligera, ya que puede ser realmente dañino para la confianza y carrera de quienes lo padecen.
Si sientes que estás sufriendo del síndrome del impostor o algo parecido, debes saber que hay maneras en las que puedes transformar estos sentimientos de una manera saludable y proactiva.
Cómo saber si tienes el síndrome del impostor
Aunque no es tan sencillo diagnosticar el síndrome del impostor, hay algunas cosas que debes tener en cuenta si tienes una personalidad que suele aspirar a la perfección. Los siguientes síntomas te ayudarán a saber si esos pensamientos intrusivos te están llevando a un padecimiento real.
Nota: estas son aproximaciones. Para tener un diagnóstico certero, es necesario consultar a un especialista.
Sientes que tuviste suerte en lugar de éxito
Cuando una persona no siente que los resultados que ha obtenido han sido producto de su esfuerzo es un signo claro de que está menospreciando su propio trabajo. Si bien es cierto que gran parte de nuestra vida está determinado por cuestiones casuales, azarosas o de suerte, la realidad es que nosotros decidimos qué hacer con esas condiciones. Cuando no asumimos esta responsabilidad dejamos de ver nuestros logros y experiencia.
Tu preparación nunca termina
También puedes considerar como una llamada de alerta si continúas tu formación profesional de manera incansable. Es positivo querer seguir informándose o actualizarse, pero si lo haces porque crees que aún no eres un experto en tu área y que debes serlo (y parece que nunca te consideras un conocedor) probablemente el síndrome del impostor te afecta.
Trabajas de más
Otra señal del síndrome es que te quedes haciendo trabajo extra porque crees que tienes que «compensar» las carencias que tienes para nivelarte con los demás. Este tipo de conductas pueden estar impulsadas también por un sincero deseo de perfeccionar tu habilidad, pero si no es tratado con precaución es posible que te exijas demasiado, y tu mente y cuerpo terminen fatigados.
No te gusta recibir cumplidos
Como bien lo indica su nombre, este síndrome hace sentir a la persona que está en un lugar que no le corresponde y que la gente cree que es realmente buena cuando no lo es. Esto hace que se sienta incómoda al recibir cumplidos o halagos, ya que para ella es una mentira y no está segura de que lo merezca. Todo se reduce a sentirse indigna.
Lo dijo Seth Godin en una entrada de blog: «Cuando sientes que eres indigno, cualquier respuesta, retroalimentación positiva o una recompensa se sienten como una farsa, pues simplemente fuiste el suertudo de la rifa».
Buscas puntos débiles en tu trabajo
Quienes sufren del síndrome del impostor tienden a buscar argumentos para justificar la creencia de que no merecen reconocimiento. Esto los lleva a encontrar detalles e imperfecciones en su trabajo, a repasar una y otra vez los escenarios y a disculparse constantemente. Buscar mejorar es bueno, pero la perfección siempre es inalcanzable.
Vives con pensamientos intrusivos
El miedo a ser descubierto o a fallar en una tarea es uno de los sentimientos más comunes en las personas que viven con el síndrome del impostor. Esto puede detonar emociones negativas, ansiedad, preocupación, estrés y una baja en la autoestima. Asimismo, hace que las personas no puedan celebrar ni disfrutar sus logros, ya que no los sentirán como propios y lo adjudicarán a las circunstancias.
Si te identificaste con estas afirmaciones, más adelante verás algunos consejos sencillos para comenzar.
Cómo se cura el síndrome del impostor
Aunque el síndrome del impostor es un término común y el test anterior te pudo dar pistas acerca de si lo padeces, cuando se trata de casos clínicos debe ser diagnosticado debidamente por un terapeuta. Esto es porque hay patrones de comportamiento similares al síndrome del impostor, como el pesimismo defensivo.
De acuerdo con la evaluación del terapeuta, sabrás cuáles son los patrones qué presentas y cómo entenderlos, así como aprender técnicas para desarraigarlos o sustituirlos por patrones más constructivos, poco a poco. Un síndrome es complejo, así que en este caso podrías encontrar factores asociados como baja autoestima, confusión en el autoconcepto, ansiedad social y demás. En ese sentido, no se trataría de «curar» el síndrome, sino atender a sus causas y comprenderlas de fondo con la ayuda especializada correspondiente.
Puedes comenzar por algunos consejos que te ayudarán en la vida diaria y que serán más útiles en tanto que se trate de una situación concreta y que no necesite ayuda clínica urgente.
Más allá de los tips que te brindaremos, te recomendamos que busques ayuda profesional, especialmente cuando no estés pudiendo cumplir con tus labores o vida diaria, lo que indica una baja funcionalidad, o tus niveles de ansiedad sean mayores que lo habitual.
Cómo superar el síndrome del impostor
- Conoce los síntomas.
- Sé consciente de que otros lo padecen.
- Distingue la humildad del miedo.
- Mejora tu autocrítica.
- Deja ir a tu perfeccionista interior.
- Sé amable contigo mismo.
- Equilibra tus emociones.
- Monitorea tu desempeño.
- Reafirma tus logros.
- Habla sobre el síndrome con tu jefe y con un guía o terapeuta.
- Di sí a nuevas oportunidades.
- Abraza el sentimiento y déjalo fluir.
1. Conoce los síntomas
Si bien las personas que atraviesan por este síndrome no pueden evitar el sentimiento de desvalorización, raramente suelen tomar acciones para enfrentarlo. Ahora que conoces los síntomas diste el primer paso para superar el problema.
Presta atención a las palabras que eliges, tanto cuando hablas con otros como cuando hablas contigo mismo (sobre todo cuando se trata de conversaciones de trabajo). Reflexiona si te incomoda tu propio éxito o el reconocimiento que otros te dan. Intenta averiguar de dónde vienen esos pensamientos que no te permiten disfrutar de lo que obtuviste por mérito propio, y qué consecuencias tendrá este comportamiento en tu vida profesional.
2. Sé consciente de que otros lo padecen
Cuando tienes síndrome del impostor, uno de los apoyos más importantes surge de darse cuenta de cuánta gente exitosa ha logrado construir grandes carreras incluso lidiando con estos sentimientos de manera regular.
¿Qué han dicho las personas con grandes logros profesionales sobre el síndrome del impostor? Aquí hay algunas citas.
- Maya Angelou, autora, poeta y activista por los derechos civiles ha dicho, por ejemplo: «He escrito once libros, pero siempre pienso: “Oh, oh, ¡se van a dar cuenta ahora! Les he jugado una mala broma a todos y me van a descubrir”».
- Por su parte, la Dra. Margaret Chan, quien fue directora general de la Organización Mundial de la Salud, ha afirmado: «Hay mucha gente que piensa que soy una experta. ¿Por qué creen eso de mí? Soy mucho más consciente de las cosas que no sé que de las que sé».
- El actor Don Cheadle, a pesar de su éxito, ha reconocido que vive con sentimientos intrusivos sobre la calidad de su trabajo: «Lo único que puedo ver es que me equivoco, que todo es una farsa y un fraude».
- Tina Fey, actriz, escritora y productora, nos presenta este extracto de su libro Bossypants: «La belleza del síndrome del impostor es que vacilas entre la egomanía y el sentimiento de: “¡Soy un fraude! ¡Dios, me van a atrapar, soy un fraude!”. Así que solo intenta engancharte a la egomanía cuando llega y disfrútala, y después superar esa etapa en la que vuelves a pensar que eres un fraude».
3. Distingue la humildad del miedo
Una cosa es ser humilde con el trabajo y tus logros, y otra es que te sientas abrumado por ello. A veces, el simple hecho de ser bueno en algo puede conducirte a que le restes valor. Pero como Carl Richards escribió: «Después de emplear mucho tiempo en afinar una habilidad, ¿no se espera de algún modo que se sienta y se vea como algo que hacemos de forma natural y sin esfuerzo?».
La humildad es el mejor remedio contra los miedos que se pueden apoderar de ti. Si sabes en qué eres bueno y conoces tus límites no te someterás a exigencias demasiado altas y podrás tener una relación más sana con tu trabajo.
4. Mejora tu autocrítica
Conocerte a ti mismo es fundamental para salir del círculo del síndrome del impostor. Si eres consciente de tus fortalezas y debilidades, entonces sabrás enfrentar mejor los retos y valorar tu trabajo para trabajar en aquellas áreas que realmente requieren tu atención.
Por otro lado, es importante no caer en la soberbia. Para superar el síndrome del impostor debe encontrarse un balance saludable entre ambas sensaciones. Godin sigue diciendo: «La humildad y el sentimiento de dignidad no tienen nada que ver con defender nuestro territorio. No necesitamos sentirnos como un fraude para ser agradecidos, abiertos o humildes».
5. Deja ir a tu perfeccionista interior
Gran parte de la gente que padece este síndrome son personas con alto rendimiento, que establecen estándares muy altos para sí mismas y están comprometidas con hacer lo mejor y ser las mejores. Pero el perfeccionismo solo alimenta al síndrome del impostor. Cuando te sientes como un fraude, normalmente es porque te estás comparando con un parámetro «perfecto» que es imposible de alcanzar y poco realista.
No solo nadie puede ser perfecto, sino que seguir creando ese estándar para ti puede ser contraproducente. En algún momento, necesitas parar y preguntarte: ¿cuándo debo ponerle un alto a «ser suficientemente bueno o buena»? Si bien es cierto que buscar la perfección es noble, no es una meta realista. De hecho, es contraproducente y solo te ayudará a sentirte más como un fraude.
6. Sé amable contigo mismo
El síndrome del impostor por lo general se manifiesta como una voz dentro de nuestra cabeza que nos bombardea con mensajes negativos como «no eres suficientemente listo» o «eres un fraude».
La charla negativa con uno mismo es un mal hábito y puede influir fuertemente en nuestros niveles de estrés y ansiedad. «Ser amable contigo mismo» significa cambiar la manera en la que hablas contigo gracias a una conversación positiva interior. No solo puede ayudarte a bajar tus niveles de estrés y ansiedad, sino que también puede auxiliarte a construir el valor para hacer cosas que te impulsarán a conseguir mejores recompensas.
7. Equilibra tus emociones
Maria Klawe, presidenta del Colegio Harvey Mudd, sufrió algo a lo que le llama «impostoritis» a lo largo de casi toda su carrera. Aunque encontró difícil acallar los pensamientos negativos de manera absoluta, practicó mucho para agregar pensamientos positivos a su voz interior. «Ahora me despierto la mayor parte de los días con una voz al lado izquierdo de mi cabeza que me dice el gran error que soy», escribió, «pero la voz al lado derecho me dice que puedo cambiar el mundo, así que intento prestarle más atención a esa voz».
Primero, trata de detectar los momentos en que tienes un pensamiento negativo. Después, dale la vuelta a ese pensamiento y rétalo. Por ejemplo, si te das cuenta de que piensas «solo tuve suerte» desafía esa frase pensando: «¿Qué cosas hice y cuánto esfuerzo puse en el trabajo para llegar hasta este punto?». Después, puedes contestar la pregunta usando afirmaciones que sean cortas y específicas. En este caso, puede ser una frase tan sencilla y clara como «trabajé duro y siempre lo hago». Este tipo de afirmaciones te brindarán equilibrio.
8. Monitorea tu desempeño
Una de las cosas más difíciles de manejar cuando te sientes como un impostor o impostora es reconocer la importancia que tienes en tu entorno. Tal vez consideres que la suerte o el «trabajo duro» de otros sea responsable, pero en realidad tu propio trabajo, conocimiento y preparación tienen mucho más que ver con el éxito que los factores externos.
Para ayudarte con la idea de que estás haciendo bien las cosas, mantén un registro de tus aciertos en un documento privado. Hay muchas maneras de anotar tus éxitos, y los números y gráficas dependerán de qué tipo de trabajo desempeñes.
Si eres un blogger, por ejemplo, podrías mantener un registro de tus publicaciones y el promedio de vistas que reciben: ver cómo se elevan o compararlas con el promedio del equipo del que formas parte. También podrías mantener una pestaña abierta del bloc de notas con palabras amables que la gente te ha escrito en un correo electrónico, Twitter, en comentarios, etc.
9. Reafirma tus logros
Por la misma línea del registro de tus éxitos, crea un documento con aciertos y refuerzos positivos, tanto del trabajo como de tu vida privada.
Puedes crear un fólder en tu cuenta de email con halagos de tus colegas o jefes, así como correos de aceptación o con comentarios positivos. Asimismo, puedes agregar una pizarra virtual a tu fondo de pantalla donde veas tus logros personales como cocinar una deliciosa paella, ayudar a un animal abandonado o dedicarte una tarde a tu rutina de autocuidado. También puedes agregar pensamientos positivos escritos de tu puño y letra, que serán más significativos que las frases cliché.
10. Habla sobre el síndrome con tu jefe y con un guía o terapeuta
Nadie debe sufrir en silencio. Compartir tus pensamientos y experiencias con alguien más te ayudará a tener mejores recursos para lidiar con tu síndrome del impostor. Te recomendamos compartir tu problema tanto con tu jefe como con un guía o terapeuta.
Un terapeuta te hará sentir más en confianza para que hables de tus patrones de conducta y podrá brindarte comentarios desde un punto de vista más objetivo, especialmente si trabaja en una compañía diferente. Complementariamente, te sugerimos que hables con tu jefe directo sobre tu experiencia. Puedes pedirle que te ayude a encontrar un sistema para registrar tus éxitos o logros, o encontrar qué elementos deberías tener en consideración para cuantificar. Además, saber qué opina de ti y de tu trabajo también puede auxiliarte a buscar más áreas en las que puedas brillar y ganar visibilidad en tu equipo o en la compañía en general.
11. Di sí a nuevas oportunidades
Es imposible decir que sí a todo, en especial si estás estresado o te sientes agotado. Pero es muy común para la gente con el síndrome del impostor tirar por la borda oportunidades de carrera, porque siente que no va a ser capaz de hacer un buen trabajo.
Cuando se te presente una oportunidad, es importante que distingas entre la voz en tu cabeza que dice que no puedes hacerlo —porque no eres digno— y la otra que dice que no puedes hacerlo porque tienes demasiadas cosas pendientes. La primera corresponde a tu síndrome del impostor.
Ten en mente que aceptar el reto de un nuevo trabajo y hacerlo bien puede abrirte muchas puertas. Mantén en mente esta cita de Richard Branson, creador de Virgin: «Si alguien te ofrece una oportunidad increíble y no estás seguro de que puedas hacerlo, di sí. Aprenderás a hacerlo después». Aunque puede ser intimidatorio comenzar un rol en el que no estás seguro que podrás triunfar, piensa que te pidieron que lo hicieras por un motivo, y no hay nada de malo en aprender nuevas cosas y preguntar en el camino.
12. Abraza el sentimiento y déjalo fluir
Es realmente difícil deshacerse del síndrome del impostor por completo, especialmente si lo has tenido por años. El hecho de que gente tan exitosa como Maya Angelou y Don Cheadle se sientan de esa manera después de todo lo que han logrado evidencia que, a veces, puede ser una condición que se tiene de por vida. Por eso la mejor manera para ver tu síndrome del impostor no es querer deshacerte de él por completo, sino evitar que no te impida perseguir el éxito.
Richards lo describe: «Sabemos cómo se llama ese sentimiento. Sabemos que otros lo sufren. Sabemos un poco por qué nos sentimos de esta manera. Y sabemos cómo manejarlo: invítalo y recuérdale por qué está aquí y qué significa». Lo que ha aprendido a hacer es pensar en el síndrome como si fuera «un amigo». Siempre que escucha esa voz negativa en su cabeza se detiene por un instante, respira profundamente y se dice: «Bienvenido, viejo amigo. Me alegra que estés aquí; ahora, vamos a trabajar».
Consejos para vendedores que sufren el síndrome del impostor
Para concluir, te dejamos cinco consejos enfocados en el área de ventas que ofrece el coach David J. P. Fischer:
- Aprende tu oficio y lo que ofertas. Puede sonar muy sencillo, pero una manera de deshacerte del miedo de ser indigno es que pongas tu esfuerzo en ello. No tienes que leer cada libro de ventas ni conocer todo lo que ofrece tu producto. Solo centra tu atención en desarrollar tus habilidades y tener claridad en tu conocimiento; te sentirás mucho más seguro cuando vayas a una junta.
- Crea un documento del éxito. Lo que evidencia tus éxitos pasados habla de ti. Puede ser que coloques el premio de ventas que te dieron en tu pared, reseñas o testimonios de tus clientes o una nota que tu hermana te dio sobre haber conseguido ese nuevo trabajo que tanto querías. Cualquier evidencia material que te parezca significativa debe estar en un solo lugar y ser accesible a ti para cuando las dudas te ataquen insistentemente.
- Suelta el aspirar a la perfección. Ningún gran vendedor o vendedora tiene cifras perfectas. No vas a conseguir cada venta ni cerrar cada contrato. Eso no significa que seas un fraude. Cuando entiendes que no debes ser perfecto o perfecta puedes probar caminos nuevos y seguir con tu trabajo.
- Expresa tu gratitud. Cuando te abrumes, piensa en las cosas que van bien en tu vida. Escribe una pequeña lista de aquello por lo que estás agradecido o escribe un email a alguien con el asunto «Gracias» y dile lo que le agradeces. Esto a veces es suficiente para solucionar un bloqueo y seguir adelante con tus pendientes.
- Trabaja con un mentor o mentora. Un mentor puede ayudarte al brindarte otra perspectiva. Cuando te sientas como un impostor, es útil que otra persona intervenga y te muestre qué se desvió hacia lo negativo. Además, puede señalarte las fortalezas que tienes, y enseñarte cómo aprovecharlas para que sigas con tu crecimiento profesional.
Ahora que ya conoces algunos consejos para lidiar con el síndrome del impostor, ponlos en práctica y verás cómo tu crecimiento profesional se beneficiará de manera positiva.