Motivación laboral: definición, estrategias y ejemplos

Guía: prevenir estrés laboral
Shelley Pursell
Shelley Pursell

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La motivación es fundamental en cualquier entorno profesional. El problema es mantener motivado a tu equipo de trabajo de forma constante. No importa la industria en la que te encuentres; tu empresa está destinada a tener unos momentos increíbles y otros complicados. 

Motivación laboral: técnicas eficaces para impusarte

La falta de motivación puede ser algo completamente normal, pero lo ideal es que no se convierta en un hábito cotidiano. Por ello, es buena idea que consideres realizar un test de motivación, en caso de que en estas últimas semanas hayas notado que el ánimo o la productividad de tu área o de tus colaboradores han decaído. Esto les ayudará, a todos, a abordar mejor los obstáculos que surgen en sus actividades diarias y, por ende, mejorará el alcance de sus objetivos.

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Alienta a tu equipo a afrontar los tiempos difíciles y enfocar sus esfuerzos y energías en lograr propósitos específicos. En este artículo te compartiremos varias propuestas para lograrlo. Primero, es importante que conozcas qué significa la motivación y qué tipos existen.

Cuando un empleado está motivado significa que tiene ímpetu o inspiración para actuar, mientras que la falta de motivación se refleja en una baja moral o en el incumplimiento de las obligaciones.

Qué es la motivación en las empresas

Debido a su carácter personal y subjetivo, la motivación laboral puede cambiar dependiendo de la tarea que el empleado desempeñe, así como de su edad, valores, creencias e intereses. Esto puede deberse a factores externos o internos que influyen en las acciones de una persona.

Importancia de la motivación laboral

La motivación es el principal motor de los trabajadores y representa un papel muy importante en la vida de una compañía, porque de esta depende su éxito. Cada empleado de tu empresa posee un nivel de motivación único, que se traduce en el nivel de compromiso que esta persona pone en su trabajo cotidiano. Los empleados motivados no necesitan que se les diga cómo hacer las cosas: desempeñan adecuadamente sus actividades, generan iniciativas, y son innovadores y emprendedores

Para cualquiera es importante rodearse de personas motivadas que los impulsen a demostrar sus habilidades y talentos. Esto adquiere mucha relevancia para los gerentes de cualquier organización: una motivación laboral alta es esencial porque estimula la productividad y la cooperación de los demás (lo cual facilita que se alcancen los objetivos empresariales). 

Dada la trascendencia de la motivación, la psicología ha creado maneras de clasificarla y de medirla; por ejemplo, a través de un test de motivación laboral. Las preguntas pueden formularse de forma general, pero si quieres conocer a fondo a una persona, utiliza el Perfil Reiss o test RMP. Estas herramientas son usadas por empresas que buscan mejorar en el ámbito de gestión del capital humano. 

Además de un sueldo acorde a las responsabilidades del trabajo, los empleados suelen valorar como algo motivador las oportunidades de desarrollo personal y profesional, la seguridad social, un buen ambiente laboral y la posibilidad de compatibilizar lo laboral con la vida privada, entre otros aspectos.

Beneficios de la motivación laboral 

Además de aumentar una sensación de bienestar y el performance en tu área de trabajo, la motivación laboral también conlleva otros beneficios: 

1. Alto nivel de productividad

La motivación es el combustible en el motor de una persona. Esto significa que, cuanto más motivada esté, más metas podrá (y querrá) cumplir. Esto también indica un mayor índice de rendimiento entre tus colaboradores y procesos de trabajo más eficientes. Por supuesto, esto conduce a más y mejores resultados. 

2. Aumento de ideas innovadoras 

Una mente motivada tiene más espacio para alojar pensamientos innovadores y útiles. Cuando las cosas marchan bien, las personas suelen actuar con mayor enfoque y tranquilidad; por lo tanto, pueden centrarse en aportar conocimientos, idear mejores soluciones, proponer innovaciones y tácticas, además de brindar un mejor servicio, entre otras acciones. 

3. Menor absentismo laboral 

¿Recuerdas cuando en el colegio organizaban un viaje escolar o una actividad de tu interés? Sin duda, ese día no podías perdértelo e ibas entusiasmado. ¡Lo mismo pasa en las empresas! Cuando un empleado se siente cómodo realizando sus labores cotidianas y si estas representan un reto, su estancia en la empresa será más satisfactoria. Los empleados motivados están felices, no sólo de cumplir con sus actividades y alcanzar objetivos; están felices de aportar entusiasmo, creatividad y pasión a los proyectos.

Por otro lado, cuando tus empleados están cansados, presionados, no se sienten valorados ni escuchados o sus actividades son monótonas y poco flexibles, seguramente faltarán con mayor frecuencia o llegarán tarde; y esas ausencias podrían retrasar los logros de tu empresa. 

4. Mayor lealtad del empleado 

Si un empleado se siente motivado y reconocido no existe una razón por la cual quiera irse a otra empresa. Esto da como resultado una menor rotación laboral y un mayor nivel de compromiso y lealtad de su parte. También genera menores costos en capacitación de nuevos empleados, pues tus colaboradores actuales ya son expertos en su trabajo y les gusta hacerlo.

Objetivos de la motivación laboral 

Uno de los propósitos primordiales para mantener la motivación laboral es impulsar a los empleados a esforzarse más, mediante metas concretas y realistas. Otros objetivos de la motivación laboral son: 

  • Impactar positivamente en el comportamiento de los colaboradores para tener una cultura laboral sana, respetuosa e inclusiva.
  • Motivar a los empleados a alcanzar su metas personales y familiares mediante el esfuerzo.
  • Generar un compromiso por parte de los trabajadores y hacerlos sentirse orgullosos de la empresa a la que representan.
  • Aumentar el desempeño de los equipos de trabajo para generar más y mejores resultados.

Ya conoces un poco más acerca de la motivación laboral y cómo influye en el desempeño individual y en el logro de metas de tu organización. Ahora es tiempo de conocer los tipos de motivación que puedes implementar (o que debes evitar) en tus equipos. 

1. Motivación intrínseca

La motivación intrínseca hace referencia al interés que tiene un individuo a realizar actividades por una satisfacción personal. Esto significa que este tipo de motivación no está determinada por factores externos como reconocimientos, premios o estímulos.

Un buen ejemplo son los pasatiempos: a alguien puede gustarle tomar fotografías por el puro placer de captar paisajes, rostros o colores. Por otra parte, en el aspecto laboral podemos hablar de motivaciones intrínsecas cuando un empleado busca subir de puesto, capacitarse para hacer mejor su trabajo o aprender algún idioma sin la promesa de una recompensa. 

2. Motivación extrínseca

Este tipo de motivación depende enteramente de los estímulos que vienen del exterior y generalmente toman la forma de reconocimientos, pagos o estímulos positivos, aunque, como veremos más adelante, también pueden ser producto de estímulos negativos.

En el plano laboral, las motivaciones extrínsecas pueden darse cuando se establece el pago de comisiones, cuando está en juego un ascenso o cuando se recibe un llamado de atención que incita a hacer mejor el trabajo, entre muchos otros escenarios. Contraria a la motivación intrínseca, este tipo de motivante no se da de manera natural, sino que busca fomentar el esfuerzo en los empleados. 

3. Motivación positiva

La motivación positiva ocurre cuando una persona se siente incentivada a realizar sus actividades mediante afecciones y cargas emocionales constructivas y que promueven su bienestar como individuo. Esta motivación puede ser extrínseca o intrínseca, pero siempre debe estar acompañada de acciones que preserven la integridad del individuo, ya sea apoyándose colectivamente o por medio de la promesa de una recompensa.

Por ello, puede decirse que la motivación positiva es el proceso por el cual un individuo inicia o se mantiene afín a una conducta, gracias a la obtención de una compensación que afirma y fomenta su bienestar. 

4. Motivación negativa

La motivación negativa ocurre cuando una persona lleva a cabo acciones por temor a las consecuencias que tendría no hacerlo. Generalmente, estas motivaciones están relacionadas con nuestro interés por evitar el dolor, el fracaso o la tristeza.

Si bien es común relacionar este tipo de motivación con un aspecto malo, lo cierto es que gran parte de nuestros llamados a la acción están relacionados con el temor hacia las consecuencias de no actuar. Y esto es completamente natural. Por ejemplo, cuando sentimos que nuestra permanencia en el trabajo corre riesgo o queremos evitar un regaño. El problema de este tipo de motivación surge cuando los empleadores y líderes la usan para fomentar miedo entre sus colaboradores. 

5. Motivación social

La motivación social consiste en el deseo de pertenencia, reconocimiento y aceptación por parte de un colectivo. En el caso de las empresas, esta motivación ocurre cuando un empleado se suma a los esfuerzos de su equipo de trabajo porque comparte la misión de la empresa o porque obtiene satisfacción al trabajar en equipo.

Este tipo de motivación está relacionado con la interacción con otras personas, manifestándose en diversos comportamientos que tienen que ver aficiones o intereses compartidos o incluso el deseo de simpatizar con una persona, un grupo o una clase social.

6. Motivación primaria

Así se le conoce a los impulsos más básicos del ser humano que surgen para satisfacer las necesidades esenciales de la persona. Un ejemplo típico es cuando tenemos hambre, lo que nos lleva a preparar comida.

Este tipo de motivación puede parecer lejana al plano empresarial, pero si lo pensamos con detenimiento, gran parte de la vida laboral gira en torno a la búsqueda de satisfacer las necesidades básicas y más inmediatas de las personas.

7. Motivación cotidiana

Este tipo de motivación implica la sensación de satisfacción del individuo por avanzar día a día sin fijarse metas a largo plazo. Es decir, que el empleado se siente bien y recompensado por la propia actividad rutinaria, independientemente de otros logros mayores.

Es normal experimentar diferentes tipos de motivación (o desmotivación) a lo largo de nuestra vida y especialmente en el plano de trabajo, dependiendo de las actividades que debamos realizar y de nuestro entorno. Para ayudarte a encontrar motivación y transmitirla a tus colaboradores, te compartimos algunas buenas estrategias técnicas para fomentar una cultura del esfuerzo.

1. Haz del trabajo una motivación intrínseca

Como recordarás, hay dos tipos fundamentales de motivación: extrínseca e intrínseca. Cuando tu equipo de trabajo está motivado de manera extrínseca se ve impulsado a actuar por las motivaciones externas, como el dinero, reconocimientos o elogios. Pero, como afirma el psicólogo Richard Griggs: «el placer intrínseco de una actividad proporciona a la persona suficiente justificación para su comportamiento».

Invita a tus colaboradores a escribir una lista de todo lo que disfrutan de su trabajo o a que anoten los momentos que los hicieron felices en sus jornadas laborales. Es importante que tengan esta lista a la mano y la lean cada vez que sientan decaer el ánimo. Así recordarán aspectos positivos y reafirmarán su compromiso con ellos. 

Cuando percibas a tus miembros del equipo de trabajo desanimados, recuérdales qué les atrajo del trabajo, por qué razones quisieron colaborar en tu empresa, qué deseaban y qué consiguen de él (a corto o largo plazo). Así será más fácil que encuentren su motivación intrínseca para seguir adelante y conseguir lo que desean.

2. Convierte el fracaso en una oportunidad de crecimiento

La teoría de las expectativas de Victor Vroom, explica que la motivación de un individuo está determinada por la percepción de que realizar algo conduce a un resultado específico (que él elige o prefiere). Es decir, uno realiza algo esperando que resulte favorable. Aun así, no siempre se dan las condiciones para alcanzar el éxito y esto puede ser un gran factor de desmotivación para las personas.

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En lugar de concebir el fracaso como algo desagradable, ayuda a tu equipo a crearse la expectativa de que recibirán varios «no» y que no todos sus proyectos llegarán a buen puerto.

La gente debe aprender a lidiar con esas dificultades y entender que el éxito no depende en su totalidad de su esfuerzo o buen desempeño, sino que hay cuestiones externas que no podemos evitar o controlar y que es mejor aceptar. Como empresa, deberás echar mano de tus líderes para crear este sentimiento en tu plantilla y transformar el fracaso en una oportunidad de éxito.

3. Fomenta el profesionalismo

Es natural considerar el rechazo como algo personal porque los seres humanos somos inherentemente sociales, pero en la vida profesional eso no es productivo. Si alguno de tus empleados se engancha en cada error, cada pequeña inconformidad o cada malestar, terminará abrumándolo y se decepcionará en muy poco tiempo.

Si surge alguna situación desagradable, es conveniente abordarla como equipo y encontrar puntos comunes que permitan trabajar del modo más eficiente, sano y productivo.

Piénsalo de este modo: si tienes una máquina con muchas piezas, quizás una de ellas requiere mantenimiento para que todo vuelva a funcionar correctamente; incluso, es posible que sea necesario engrasar todo el mecanismo. Evalúa qué causa las molestias entre el equipo y toma medidas que beneficien o concilien el ánimo de todos.

4. Promueve el descanso y la desconexión

Contrario a lo que se ha creído por mucho tiempo, el descanso es una parte esencial del trabajo. Por ello es tan importante hacerle saber a tu equipo que, si lo necesitan, pueden hacer una pausa de sus labores para aclarar sus ideas. Esto detonará en ellos mayor motivación y se sentirán más dispuestos a trabajar de forma continua, hasta alcanzar objetivos claros.

Si un empleado se siente molesto o frustrado, permítele alejarse de la situación. Al hacer algo relajante o apartarse de la actividad estresante podrá tranquilizarse y reenfocar su mente en lo que verdaderamente importa. También puede prepararse un té, comer algo o ir a conversar con alguno de sus compañeros de otra área.

Si tu equipo está trabajando de forma remota, una forma de ayudarlo a despejar su mente es alentarlo a tomar una pequeña siesta. El psicólogo Ron Friedman destaca que una siesta aumenta la productividad y el estado de alerta, acelera los reflejos motores, mejora la precisión y la toma de decisiones, impulsa la creatividad y refuerza la memoria. Esta práctica es un aliciente óptimo que los ayudará a recargar baterías y continuar con el trabajo.

5. Utiliza la visualización creativa

Debido a que al cerebro le cuesta diferenciar entre lo real y lo imaginado, reaccionará como si todo fuese real. Si tienes idea de lo bien que te sentirías si logras tus objetivos, es más probable que sigas trabajando para alcanzarlos, pero si no, es más probable que abandones tus sueños.

Este mismo principio aplica para tu equipo de trabajo. Dedicar unos pocos minutos a la planificación será suficiente para que su motivación esté al 100 %. Solo es importante tener en cuanta que no debes imaginar el éxito repentino; por el contrario, es necesario visualizar los pasos para conseguir las metas y las estrategias que se necesitarán para superar los retos.

Esta es una de las técnicas más utilizadas para aumentar la motivación, ya que puedes imaginar que alcanzaste aquello que te propusiste. Abórdalo desde diferentes perspectivas: cómo te sentirías, qué dirías, qué pensarías y qué harías después de lograrlo. 

6. Lleva un registro de los logros

Es típico que en Año Nuevo las personas hagan una lista de las cosas que quieren lograr, pero después no miden si realmente las alcanzan. Lo mismo ocurre en las empresas: se realizan listas de objetivos y metas medibles, pero hay otros logros que no se valoran cotidianamente. 

Llevar un diario para ti y tu equipo puede ser una gran idea, pues les permite trazar planes a futuro. Una de las técnicas de registro es el Bullet Journal que permite organizar agendas, tareas y notas que les ayudarán a conseguir lo que tanto anhelan y a valorar los pequeños esfuerzos cotidianos. 

7. Fomenta su bienestar físico

En muchas ocasiones, la falta de motivación no tiene tanto que ver con aspectos psicológicos o afectivos, sino que simplemente se debe a que el organismo no está funcionando de forma adecuada. Ya vimos anteriormente la importancia del descanso para mantener la mente sana, pero también es importante para que tus trabajadores funcionen óptimamente desde un punto de vista físico.

En este sentido, la alimentación y el ejercicio son aspectos fundamentales que puedes tomar en cuenta dentro de tus estrategias de salario emocional. Ten en cuenta que el ejercicio es un elemento relevante en la motivación laboral y más del 13 % de las personas que hacen algún deporte han manifestado sentirse más productivos en el trabajo.

Además, es muy importante beber agua a menudo para mantener la oxigenación necesaria para realizar cualquier actividad sin decaer. Puedes compartir el siguiente video con tu equipo para mostrarles la importancia de una buena alimentación y cómo llevarla a cabo.

 

 

Video de Tuiwok Estilo

8. Crea un lugar cómodo para trabajar

Una de las cosas que más motiva a las personas a trabajar es saber que están en un sitio donde se aprecian sus talentos y se potencian sus habilidades. Por ello, es imprescindible que tu empresa favorezca y celebre la diversidad (sexual, étnica, religiosa, etc.) y que propicie espacios de convivencia respetuosos y en condiciones de trato igualitario. 

Por otro lado, ten en cuenta que la gente se siente más motivada cuando trabaja en un espacio cómodo. Y esto no solo tiene que ver con la seguridad de pertenecer a una empresa con una buena cultura, sino con los lugares físicos en los que trabaja. Asegúrate de tener una buena iluminación, amenidades y asientos confortables, entre otras cosas, para que el empleado se sienta como en casa,

La experiencia de trabajo se vuelve más satisfactoria cuando se desarrolla en un sitio donde no hay amenazas y los colaboradores pueden expresarse y ser quienes son. Procura que tu organización cumpla con estas expectativas.

9. Comparte con ellos técnicas de meditación

El dinamismo de la vida laboral hace que las personas vivan en un continuo flujo de emociones que no puede mantenerse fijo todo el tiempo. De otro modo, se propicia el estancamiento y una serie de emociones negativas que querrás evitar a toda costa.

El estrés y las exigencias de la vida diaria pueden llevarnos a sentirnos agobiados, pero también pueden hacernos sentir dolores físicos. Para evitar que las emociones y el cuerpo de tus empleados se descontrolen, se recomienda realizar una serie de ejercicios respiratorios, meditaciones breves o prácticas de mindfullness.

Incluso hay empresas que dan a sus empleados clases de yoga (dentro de las instalaciones) para propiciar la relajación, la respiración y el estiramiento de los músculos. Puedes encontrar muchas opciones que podrían ser de gran ayuda.

Cómo crear un plan de motivación laboral: 5 tips

Usar las estrategias que hemos revisado de forma aislada te puede ayudar a mantener motivados a tus trabajadores. Sin embargo, puedes obtener mayores beneficios si las complementas con un plan integral de motivación laboral. Revisemos algunos consejos para crear el tuyo.

1. Analiza las causas de la falta de motivación

No existe algo más infructuoso que aplicar métodos para motivar a los empleados sin saber cuál es la causa de la falta de motivación. Es por ello que resulta tan importante que antes de crear un plan de motivación analices las causas que están detrás de la falta de productividad.

Solo en tanto conozcas este dato, sabrás si debes invertir en modelos de trabajo flexibles, clases de meditación, infraestructura o cursos de inducción en la cultura de tu empresa. 

2. Fija objetivos a corto y largo plazo

El psicólogo deportivo Frank Smoll sugiere establecer metas a corto y largo plazo. Mientras que las metas a corto plazo permiten que las personas «vean mejoras inmediatas en el rendimiento y, por consiguiente, su motivación aumente», las metas a corto plazo son imprescindibles para conseguir motivación a largo plazo.

En ocasiones, tener metas demasiado idealistas y lejanas resulta perjudicial, ya que las metas secundarias, necesarias para alcanzar las metas principales, suelen ignorarse. Esto da como resultado que no se logre nada en concreto. Sé ambicioso con tus empleados a largo plazo, pero enfócate en no estancar su desarrollo actual.

3. Evalúa la disponibilidad de recursos

Este punto puede parecer banal a primera vista, pero lo cierto es que todo plan de motivación implica inversiones, ya sea de tiempo, esfuerzo o, incluso, dinero. Por eso es tan importante definir de qué recursos dispones para incentivar la motivación en tu empresa.

Si bien todos quisiéramos tener salas lúdicas y refrigerios ilimitados para nuestros empleados, lo cierto es que no todas las empresas pueden costear estas estrategias. Antes de planear, establece tu disponibilidad de recursos.

4. Convierte los obstáculos en oportunidades

Las personas que están motivadas y enfocadas en los logros obtienen satisfacción gracias a la superación de tareas difíciles. Por el contrario, las personas que siempre están evitando el fracaso están más preocupadas por no cometer errores. «Se pueden dar por vencidas muy pronto si no ven llegar el éxito con rapidez y facilidad», afirma el psicólogo Carl Beuke.

Ajusta el modo de pensar de tu equipo a una ideología más constructiva, evita pensamientos derrotistas y apoya a tus colaboradores a concebir los riesgos, los cambios y los conflictos como oportunidades de crecimiento, de aprendizaje y como retos a vencer; de los cuales saldrán fortalecidos

5.  Permite que tu equipo tome la iniciativa

Bien dicen por ahí que la pasividad es el peor enemigo de las personas. Si bien es común que el líder sea quien tome las decisiones importantes, también debe saber ceder el control y permitir que los empleados aporten ideas y soluciones. Incluso pueden ser ellos quienes establezcan las metas y los procesos más adecuados para conseguirlos.

Hacer consensos puede resultar en una ganancia porque los colaboradores ven las cosas desde perspectivas que quizá tú no has considerado.

Plan de motivación laboral

Con esto en mente, veamos algunos ejemplos prácticos de planes de motivación laboral.

1. Salario emocional 

Tipo de motivación laboral: extrínseca y positiva

Con el salario emocional se busca retribuir a los empleados de forma no monetaria por su trabajo. Este tipo de compensaciones pueden tomar la forma de espacios para descansar, jornadas de trabajo reducidas cuando se cumplen los objetivos o hasta actividades de voluntariado que eleven la moral. 

El salario emocional es una de las mejores estrategias para generar motivación entre los empleados. La ventaja de este radica en que no genera grandes costos a las empresas. Asimismo, puede ser crítico cuando las empresas ya han llevado a cabo las estrategias obvias para elevar la motivación, como el aumento de sueldos o de compensaciones

2. Bonos de productividad

Tipo de motivación laboral: extrínseca y primaria

Si las empresas disponen de un mayor nivel de recursos, probablemente el otorgar bonos de productividad puede ser un gran incentivo para elevar la productividad, fomentar la moral y, en consecuencia, hacer que los trabajadores se sientan más motivados para llevar a cabos sus tareas.

Estos bonos suelen ofertarse de la mano con el cumplimento de objetivos, ya sea conseguir clientes, cerrar el periodo con un buen número de ventas o, incluso, llegar temprano al trabajo. Estos motivantes externos pueden hacer que los trabajadores se sientan más dispuestos a dar de sí o, incluso, a adquirir compromisos más grandes con la empresa.

3. Planes de crecimiento

Tipo de motivación laboral: intrínseca y positiva

El crecimiento como personas y profesionales es uno de los objetivos básicos de todo trabajador. Al final del día, pocos trabajadores querrán quedarse estancados en el mismo puesto, con el mismo sueldo y haciendo las mismas tareas. Por ello, puedes echar mano de la creación de planes de crecimiento como una forma de motivarlos de una manera personal a dar lo mejor de sí mismos.

El objetivo es que esta motivación se dé de forma natural en las personas y que no tenga que ver con una coerción por parte de tus líderes. Una vez que el empleado asume este compromiso para ir más lejos, la motivación será completamente intrínseca.

4. Modalidad de trabajo flexible

Tipo de motivación laboral: extrínseca y cotidiana

Esta estrategia de motivación laboral es una de las más populares en el mundo empresarial. Ya vimos más arriba que ofrecer espacios de trabajo cómodos es una buena estrategia para detonar la motivación entre los trabajadores y hacerlos sentir en casa. Pero ¿y si de hecho trabajan desde su casa, desde la playa o desde su lugar favorito?

Las modalidades de trabajo flexibles ayudan a que los empleados se sientan en un espacio seguro y que ellos mismo han elegido para trabajar. Esto incide directamente en la disposición que tienen para cumplir con sus tareas, así como en la eficiencia de su trabajo.

5. Tablas de logros

Tipo de motivación laboral: cotidiana y social

Las tablas de logros suenan a una estrategia de motivación de escuela primaria. Pero si algo es cierto sobre ellas, es que realmente funcionan para motivar la sana competencia entre las personas. 

Si sitúas una tabla de logros en tu espacio de trabajo y das puntos a tus colaboradores por su labor, lo más seguro es que se sentirán motivados a dar lo mejor de sí cada día, incluso si no existe la promesa de una recompensa. Lo importante será mantener esta dinámica dentro del profesionalismo y controlando que no genere distracciones o conflictos entre los trabajadores.

Ahora ya sabes que la motivación laboral es esencial para que tu negocio marche como un reloj. Pon todos los recursos y esfuerzo necesarios en la aplicación de estas técnicas y verás que rendirán frutos para tu equipo y para el crecimiento de tu empresa.

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Temas: Productividad

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